Han sido varias cosas las que han molestado al actual Gobierno, el de
Rajoy. Primero, no avisar, ni del viaje ni posteriormente que se fuera a reunir por sorpresa con el presidente cubano,
Raúl Castro. Y a nadie se le escapa que es un golpe claro contra el actual ministro de Asuntos Exteriores,
José Manuel García-Margallo, quien cuando visitó Cuba recientemente no consiguió verse con el hermano de Fidel.
Margallo calificó ayer de "extraordinaria deslealtad" la reunión que
Zapatero mantuvo en La Habana con Castro, en la que también estuvo presente
Moratinos. "No es sólo una deslealtad sino un ejemplo de inoportunidad", añadió Margallo, quien recordó que la UE negocia un acuerdo de cooperación con Cuba, "siempre que el régimen cubano dé pasos en el respeto a los derechos humanos y la apertura a la democracia". Exteriores reconoció que supo que el viaje iba a tener lugar el pasado día 17 cuando la secretaría del expresidente remitió un escrito anunciando la gira por Cuba y Bolivia, pero que sólo se informó de datos técnicos, y no de la agenda ni los encuentros planeados.
El ex titular de Exteriores Miguel Ángel Moratinos llamó personalmente a Margallo para informarle de la visita. Aseguró que la situación provocada no se volverá a producir y que no era su intención ni la de Zapatero generar polémica. Además, explicó que si no se había informado de la agenda es porque los encuentros se cerraron a última hora. El exministro explicó que la visita se enmarca en la
iniciativa internacional que Zapatero lidera para abolir la pena de muerte en el mundo. Moratinos aseguró que siempre actúa "con sentido de Estado", si bien aprovechó para indicar que, en su opinión, "la UE tiene que estar más activa en Cuba", sobre todo ahora que se ha iniciado un proceso de acercamiento entre Washington y La Habana.
De igual modo, Zapatero eludió alimentar la polémica y expresó su disposición a informar del contenido de su viaje. Además, subrayó su voluntad de "sumar" y trabajar "por el interés de España". Zapatero señaló que en su encuentro con Raúl Castro abordaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU y abogó públicamente por la retirada de la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Zapatero llegará hoy a Bolivia, donde se reunirá con el presidente, Evo Morales.
Dirigentes de PP y PSOE se refirieron ayer a la polémica. Según la ex ministra de Exteriores,
Trinidad Jiménez, Zapatero notificó su visita, por lo que consideró "absolutamente improcedente e inadmisible" la queja del ministro. Asimismo, el portavoz del PSOE en el Congreso,
Antonio Hernando, insistió en que era una reunión de la que ya se había informado. El líder socialista, Pedro Sánchez, también dijo estar informado del viaje, y afirmó que le parece "perfecto" que se reuniera con Castro.
Desde el Gobierno, la vicepresidenta,
Soraya Sáenz de Santamaría, dijo que lo "trascendente" es saber si el PSOE informó a Exteriores de la reunión. "Parece que no fue así", concluyó. El vicesecretario de Organización del PP,
Carlos Floriano, también habló de "deslealtad" para calificar el viaje de Zapatero.
En su titular de apertura, el diario EL PAÍS destaca que "el encuentro de Zapatero y Castro provoca una crisis con el Gobierno". Según EL PERIÓDICO, "Zapatero no informó de la cita con Castro porque no estaba cerrada".
Lea también:-
Zapatero esta vez sí informó previamente a Sánchez-
Zapatero se reúne también con Raúl Castro sobre "temas de mutuo interés de la agenda regional e internacional"-
El extraño viaje de Zapatero y Moratinos a La Habana