El
tema oficialmente más importante de la jornada de este martes será el discurso
de
Mariano Rajoy inaugurando las dos jornadas del debate sobre el estado de la
nación y la réplica que pueda darle el líder de la oposición,
Pedro Sánchez.
Supongo, entre otras cosas porque algo se va filtrando, que el presidente del
Gobierno guarda algún as en la manga, más allá de esa tan citada supresión de
las tasas judiciales que un mal día implantó el ex ministro
Gallardón: ¿cuál
será esa 'medida estrella' que reconcilie al Ejecutivo con la ciudadanía?
Personalmente, me parece que aplicar más sonrisas, mayor transparencia y
algunas dosis de simpatía en el trato con el personal serían vitaminas más
eficaces que vagas promesas fiscales. Y también creo que comprometerse a dar
pasos para perfeccionar la democracia española sería algo que tendría más y
mejor efecto que el mero enunciado de lo bien que vamos económicamente.
Por
ejemplo: ¿alguien duda de que serían bien acogidos anuncios en el sentido de
que se introducirán las listas desbloqueadas, la limitación de mandatos, una
mejor proporcionalidad que garantice que la tercera fuerza elegida no sea
discriminada? ¿No sería interesante promover una efectiva reforma
constitucional que modernice y adecue a nuestros tiempos algunos artículos de
nuestra buena Constitución del 78? ¿No piensa usted que habría una mayoría de
españoles que respaldasen un diálogo con la Generalitat catalana y
con Ajuria Enea, descentralizando la Administración española?
Hacen
falta medidas contundentes, no meros vendajes y parches. Dudo, claro, del
talante 'rupturista' -usted, sin duda, me entiende-de Mariano Rajoy y hasta
dudo -ojala me equivoque-- del de Pedro Sánchez, a quien veo apearse de algunos
ímpetus innovadores con los que llegó a la secretaría general del PSOE. Del
resto de los portavoces, incluyendo al 'nuevo' de Izquierda Unida, el
prometedor Alberto Garzón, ni hablamos. Como tampoco quisiera extenderme en el
hecho de que alrededor del cuarenta por ciento de quienes se sentarán en el
hemiciclo a partir de diciembre estará fuera de él en este debate: ni Podemos,
ni Ciudadanos, ni otros movimientos y grupos que puedan cristalizar en nuevas opciones
tendrán la palabra en estas próximas horas parlamentarias.
Y
es que, ya se ve, hay muchas cosas que siguen al margen del debate sobre cuál
es el estado de esta nación nuestra. Un estado que sin duda se encuentra
representado en el caserón de la
Carrera de San Jerónimo, pero que también tiene aspiraciones
que los oradores de este martes y miércoles ni siquiera consideran. Una
lástima.
-
El blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>