Ni siquiera había salido aún de la cárcel y
ya estaba
Luis Bárcenas retando al que fue su partido, el Popular, para que, si
se atreven, le demanden por mentir sobre la existencia de dinero 'B' en la sede
de Génova. He oído de todo en las últimas horas: que si hay un pacto secreto
entre los 'populares' y el ex tesorero, que si hubo presiones a la Audiencia para la
excarcelación, que si... Nervios y muchos bulos, es lo que hay en un país en el
que ya no creemos, y me parece que hacemos mal, ni en la honradez de la clase
política, ni en las instituciones.
Pienso, en primer lugar, que Bárcenas tenía
que salir ya de la cárcel. Demasiado larga esa prisión provisional de la que
tanto abusan algunos jueces. Una fianza de doscientos mil euros no justifica un
encarcelamiento de año y medio, y conste que mi simpatía por el chulesco y
presuntamente delincuente Luis Bárcenas es perfectamente descriptible: ninguna.
Pero el PP, con Bárcenas libre, tiene un
problema. El ex tesorero tiene, por decirlo al castizo modo, más peligro que un
mono con una metralleta. Puede que inicialmente refrene sus ansias de vendetta,
pero nadie puede garantizar, a estas alturas, que no acabe 'cantando' cualquier
día en el que se siente frente a una cámara de televisión. Y lo verdaderamente
malo para algunos en el PP es que saben que Bárcenas sabe que ellos saben todo
lo que él sabe. Toda una pesadilla -y no porque sea él personalmente quien debe
andar más preocupado-- para
Mariano Rajoy, que sigue aparentando tranquilidad y
hay que reconocer que lo hace de una manera eficaz: cree que no citando las
cuestiones candentes por su nombre y apellidos, los fantasmas se alejan. De
hecho, me parece que, salvo error u omisión por mi parte, la primera vez que
pronunció la palabra 'Podemos' para referirse a un partido político fue en la
última sesión de control parlamentario, el pasado miércoles. Se ignora cuándo
articulará las palabras 'Luis Bárcenas'.
En
un programa de televisión, 24 horas, me pidieron un titular periodístico. Era
la última noche de Bárcenas en prisión. Titulé "el PP, preso de Bárcenas
libre". Lo repito hoy, cuando el ex recluso lleva unas horas en libertad.
Ignoro qué ocurrirá, pero seguro que no será bueno para el partido gobernante y
para su deficiente estrategia de comunicación, cuando faltan, hoy, exactamente
cuatro meses para la jornada de reflexión ante las elecciones del próximo 24 de
mayo. Menuda papeleta, nunca mejor -o peor-dicho.
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El blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>