La emisión de un documental sobre una posible condena injusta conmueve a la opinión pública catalana
> El Ayuntamiento de Barcelona pide revisar el caso después de que una
condenada se suicidase
martes 20 de enero de 2015, 11:37h
'Ciutat morta' relata lo ocurrido el 4 de febrero de 2006. Esa noche, un
grupo de jóvenes 'okuparon' un local municipal de Barcelona para celebrar una
fiesta. Se formó tal escándalo, que los vecinos llamaron a la Guardia Urbana.
Los agentes de la policía municipal acudieron al lugar sin cascos protectores.
Uno de ellos recibió el impacto de un objeto contundente en la cabeza y quedó
en estado vegetativo. En una primera versión, el entonces alcalde, Joan Clos,
aseguró que al policía le habían tirado una maceta desde un piso alto. Pero en
el juicio, la acusación y sus peritos forenses sostuvieron que el objeto que
causó los daños al agente se lanzó desde la calle.
La Policía detuvo en ese mismo momento a tres jóvenes suramericanos y a una
chica alemana. Mientras, y según el relato del documental, dirigido por Xapo
Ortega y Xavier Artigas, otra chica, Patricia, y su amigo Alfredo salieron a
dar una vuelta en bicicleta. Se cayeron. Una pareja que pasaba por allí los
ayudó y luego los recogió una ambulancia a la que subieron la bicicleta. Fueron
al Hospital del Mar a curarse la heridas y allí coincidieron con los tres
jóvenes suramericanos detenidos en la fiesta, que estaban custodiados por dos
agentes municipales.
Dos de esos tres chicos aseguran en el documental que se les detuvo por ser
extranjeros, pese a que tenían DNI español, y que durante los interrogatorios
los policías les gritaban "sudacas de mierda". También afirman que
fueron golpeados y torturados por los agentes en la comisaría. De resultas de
los golpes, según su versión, quedaron tan malheridos que tuvieron que ser
trasladados al Hospital del Mar para curarse.
Una vez en el centro hospitalario, los policías vieron a Patricia, que iba
peinada de un modo alternativo "a lo Cindy Lauper", con un lateral de
la cabeza rapado simulando un tablero de ajedrez. Los agentes aseguraron que
estaba en la fiesta, que la había reconocido y la detuvieron junto a su amigo
Alfredo. Allí empezó un calvario judicial que culminó con una condena y un
recurso al Tribunal Supremo, donde esa condena se incrementó. En un permiso
penitenciario, Patricia se tiró por la ventana y murió.
En el epílogo del documental se explica que los dos agentes fueron
condenados años después por torturas en otro caso. Detuvieron a un chico negro
en un local de ocio y lo golpearon. El muchacho resultó ser hijo de un
diplomático y pudo demostrar las torturas. Los policías ingresaron en prisión a
principios de este año, aunque cobran una pensión de casi 2.000 euros mensuales
tras haber dejado el servicio activo.
'Ciutat morta' es un documental de parte en el que no participan ni los
policías ni los jueces ni los políticos a los que se acusa de haber cometido
una injusticia. Aun así ha abierto muchos interrogantes. Si el urbano herido
aquella noche recibió un macetazo, ¿por qué se condeno a los chicos que estaban
en la calle? ¿Fueron esos muchachos víctimas de la tortura policial? ¿Ha
provocado un error tras otro que unos jóvenes hayan ido a la cárcel por un
delito que no cometieron? ¿Ha llevado un sistema injusto al suicidio de
Patricia?
Pero también hay otros interrogantes que se abren porque el documental omite
alguna información: Si hay testigos de que Patricia y Alfredo tuvieron un
accidente de bicicleta, las personas que los auxiliaron y el conductor de la ambulancia,
¿por qué no sirvió su testimonio en el juicio? 'En 'Ciutat morta' se explica
que Alfredo fue indultado ¿por qué no indultaron también a Patricia? ¿Qué fue
de la joven alemana detenida en un primer momento con los tres chicos
suramericanos?
A pesar de estas dudas, la emisión del documental ha conmocionado a la
opinión pública. En las redes sociales y en las tertulias no se habla de otra
cosas. La prohibición por parte de un juez de la emisión de cinco minutos de la
película -que TV3 cortó, pero que se pueden ver en internet- aún ha levantado
más los ánimos. Tanto es así que el Ayuntamiento, a pesar de que no sale nada
bien parado en el documental, ha decidido llevar 'Ciutat morta' a la Fiscalía
para que reabra el caso.
Al final de la película, uno de los abogados defensores, Jaume Asens,
asegura que un testigo le dijo, años después, que sabía quién había tirado la
maceta causándole al guardia urbano daños irreversibles. De momento, la
Fiscalía rechaza reabrir el asunto que ya es cosa juzgada, pero admite que
podría revisarlo si apareciese ese testigo.