Estrategia Rajoy: cinco meses de buenas noticias
miércoles 07 de enero de 2015, 13:03h
La estrategia del presidente del gobierno es sencilla y clara: durante
los próximos cinco meses todos los dirigentes del Partido Popular están
obligados a dar buenas noticias y cuando no las tengan propias a servir de
altavoces de las de los compañeros que tienen tareas de gobierno en autonomías
y municipios. Así hasta el mismísimo 24 de mayo electoral. Y para dar ejemplo
ha sacado las cifras de la Seguridad Social del año que acaba de marcharse y
les ha puesto la marcha Radesky como fondo: mas de 400.000 nuevos empleos, algo
que no se conocía desde el ya lejano 2007, una cifra para el optimismo y una
buena base para los discursos de recuperación y salida de la crisis que van a
inundar los medios de comunicación.
Mariano Rajoy y los suyos saben que deben vender
optimismo, que las elecciones que vienen se van a ganar o perder más por
emociones que por lógica, que las cifras de desempleados van a seguir siendo
abrumadoras, que las clases medias van a seguir sufriendo de una presión fiscal
exagerada, que la deflación va a seguir pendiendo sobre nuestras cabezas cual
espada de Damocles, que no hay que esperar mucho de una Europa que ya está
pensando en echar a Grecia del euro si los Podemos helenos ganan los comicios de
finales de enero, y que importan más los candidatos que la marca global del
partido.
La responsabilidad de María Dolores Cospedal en el PP es asignación
directa del presidente: debe organizar al centro derecha para perder los menos
posible, dado el abrumador poder que ahora tienen los populares en toda España,
sobre todo en los grandes núcleos urbanos; y debe escoger o preparar la
alternancia de nombres y caras en aquellos lugares - llámense Madrid, Valencia
o Murcia - en los que la derrota puede ser mas dolorosa y segura. Una tarea
compleja y difícil ya que muchos de los afectados ya se están poniendo las
vendas antes de recibir ninguna herida. Además, la número dos del PP tiene la
" obligación" de ganar por mayoría absoluta en su Comunidad, la
castellano manchega en la que hasta ahora se repartían los escaños los dos
grandes partidos pero en la que, como en el resto, la aparición de Podemos
puede fragmentar el Parlamento e impedirla hacerse con la mitad mas uno que
necesita.
Las buenas noticias van a ser económicas, van a mirar el
bolsillo de los españoles, van a incidir en el mensaje primario de que los
esfuerzos realizados por todos han sido necesarios, no había más remedio que
hacerlos y el gobierno Rajoy ha tenido el valor, el coraje y la paciencia para
llevarlos a cabo pese al desgaste que suponían. Y que ha llegado el momento de
empezar a recuperar parte de los mucho perdido, pero que para ello no conviene
cambiar de director o directores de orquesta, que los cambios de rumbo son
peligrosos. Y de nuevo aparecerá en escena el fantasma de lo que ocurra en
Grecia y de las medidas que se tomen en la Europa de Merkel para impedir que
crezca otra Europa diferente en el Sur.
Habrá, por supuesto, malas noticias para el gobierno y
para el PP. Tiene que celebrarse el primero de los juicios de la Gurtel y la
presión política desde Cataluña y desde Euskadi teniendo como base el
soberanismo seguirá en aumento. Se
confrontarán los datos económicos " macro" con los del día a día de
los ciudadanos. Y los escándalos perderán virulencia si en cada casa y en cada
familia comienzan a entrar nuevos salarios aunque sean peores que los
anteriores, en peores condiciones y con menor protección social. España ya ha
demostrado durante siete largos y penosos años que no quiere violencias, que
apuesta por las reformas, por el diálogo, por superar crisis y miedos a través
de las urnas. Una gran noticia para todos y sobre todo para los que tienen la
responsabilidad de gobernar.