martes 11 de noviembre de 2014, 08:13h
La experiencia te enseña que rara vez
existen las casualidades en un mundo globalizado, con la información al
instante y con una tecnología que contribuye a que todo sea más fácil y más
cercano. Hacer coincidir la pantomima de consulta en Cataluña con el 25
aniversario de la caída del Muro de Berlín es una muestra evidente de escasa
inteligencia o de actitud negligente o las dos cosas a la vez y debidamente
aliñadas por una voluntad clara de enfrentamiento y pulso constante acusando al
Gobierno central de poco democrático.
Resulta evidente que la intención del
presidente de Cataluña, gracias a unas leyes que ahora no respeta, ha sido
siempre la de bordear la legalidad con los hechos mientras sus declaraciones
públicas y las de sus secuaces envolvían un mensaje falso revestido de ansia
democrática por el voto. Estos argumentos se han analizado muchas veces y cada
parte ha mantenido aparentemente su posición menos cuando Artur Mas dio marcha
atrás tras la actuación del Tribunal Constitucional. Una vez celebrada la farsa
de la consulta los políticos independentistas se empeñarán en la paradoja
absurda de levantar fronteras en un momento donde se celebra la caída de un
muro que además de ser de la vergüenza, dividir familias y cobrarse muchas
vidas humanas, iba en contra del sentido común de la convivencia, el
entendimiento y el desarrollo y bienestar de los pueblos. En el día después,
alguien con cordura en Cataluña debe exigir que el Gobierno catalán afronte la
solución de los verdaderos problemas de sus ciudadanos que se centran
principalmente en el paro, la situación económica y los recortes sociales.
Precisamente, todo lo ocurrido en Cataluña en los últimos meses ha servido, con
habilidad mediática manifiesta y subvencionada, para ocultar una pésima gestión
administrativa del Gobierno de Artur Mas y del Tripartito anterior con una
deuda actual de 64.000 millones de euros, buena parte herencia también de Jordi
Pujol, ejemplo bochornoso de unos cuantos políticos catalanes más preocupados
de su propio beneficio que de su obligación
de solucionar los problemas de los ciudadanos. Da la sensación de que,
entre otras muchas cuestiones, todos los españoles hemos
perdido, unos porque su consulta no sirve para nada y otros porque pensamos que
se podría haber hecho algo más contundente para no consentir que se viole la
ley y no darle tanto protagonismo en medios públicos.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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