Dos
años después de que
Albert Boadella le
pasase el testigo como director del grupo de teatro catalán Els Joglars,
Ramon Fontserè presenta en el Teatro
María Guerrero de Madrid su segunda obra al frente de la histórica compañía
catalana de teatro. La primera fue una
versión de "El coloquio de los perros", de Miguel de Cervantes, una adaptación
que a mí no me convenció, y ahora es "VIP", una
comedia al más puro estilo Els Joglars que, por el contrario, me ha encantado por su acidez, su ironía, su
sarcasmo y su sutil agudeza a la hora de poner sobre el escenario las tremendas
barbaridades que, al unísono, como si de una orquesta se tratase, comete
nuestra sociedad cuando se trata de maleducar a los más pequeños -a esos "locos bajitos", como decía Serrat en su
canción-, desfigurando -cuando no anulando- unos límites a sus
caprichos y sus obligaciones y
aumentando indefinidamente sus derechos.
El
resultado de todo ello queda muy claro en
este montaje que Els Joglars ha producido
en colaboración con el Centro Dramático Nacional y el Teatro Principal de
Zaragoza. Y es
que con la educación mal entendida de las últimas generaciones de papás españoles,
hemos creado unos niños almibarados, consentidos, mimados y complacidos hasta el extremo de que, con esas premisas,
acaban tiranizando también a padres y profesores.
Mil recursos dramáticos
Con este punto de partida y con solo cinco actores en
escena, que se meten en la piel de más de 30 personajes a lo largo de los 90 minutos
que dura la obra, Els Joglars han construido una propuesta que los ha devuelto a su camino, digamos
natural, de más de medio siglo de vida como compañía que ha hecho de la
sátira social , en sus más de 40
montajes, su razón de ser, y que tanto ha contribuido a que la sociedad española despierte del
letargo en que, a veces, se acomoda. Eso
sí, con múltiples complicaciones con aquel sector (unas veces la Iglesia, otras los militares o
los políticos del momento...) que era el blanco de sus críticas.
La dramaturgia y el texto de "VIP" corren a cargo de Ramon
Fontserè y
Martina Cabanas. La
extensa galería de personajes es tan creíble como esperpéntica gracias a la
profesionalidad y la experiencia más que demostrada en las tablas de cinco
grandes actores: en primer lugar, el propio Ramon Fontserè, y, al tiempo, sus
cuatro compañeros de cartel:
Pilar Sáenz,
Xavi Sais,
Dolors Tuneu
y
Xevi Vilà. Todos saben utilizar los más variados recursos
dramáticos para hacer aún más hilarantes las diversas situaciones que se
plantean en la obra y que van desde la preparación al parto, el nacimiento del
bebé, su "institucionalización" en la
escuela y en sus primeros y maquiavélicos
juegos con sus colegas de clase, que tienen como blanco perfecto al frágil maestro que no sabe cómo lidiar con
tantas y tan diversas adversidades.
Lo más difícil es conocer si esas sonrisas, risas e,
incluso, carcajadas que pueden verse y escucharse desde el principio hasta el
final de "VIP", son la vía de escape ante todo lo que el espectador ve en las
casas de sus amigos y conocidos o también se ve él mismo reflejado en cuanto
sucede sobre el escenario. Si no es así, creo que tenemos "VIP" para rato,
porque habrá muchas más generaciones futuras que seguirán creciendo entre el relativismo,
la hipertolerancia y la tibieza de unos padres y familiares que seguirán haciendo de sus "locos bajitos" una especie
de monstruitos caprichosos, tiránicos, despóticos, antojadizos, arbitrarios,
injustos, y, a veces, hasta violentos.