Escocia, Cataluña, la economía
miércoles 17 de septiembre de 2014, 14:12h
Este jueves,
los escoceses despejarán incógnitas respecto al futuro de Europa y,
seguramente, el horizonte se verá con menos nubes. Eso, si gana el No, porque
si gana el SI, Europa tiene menos futuro que Libia. En Escocia, me decía un
amigo que la ha visitado recientemente, el debate ha sido tranquilo, apenas se
veía publicidad en las calles, y el Gobierno británico ha tenido presencia
activa. La secesión de Escocia o la de Cataluña tienen raíces muy diferentes y apenas
coincidencias. En ambos casos, detrás de todo hay un debate sobre los
sentimientos que, en Cataluña, ha sido ganado claramente por los
independentistas ante la ausencia casi absoluta del Gobierno de la nación. Los
ausentes nunca tienen razón.
Pero, al
final, casi todo se juega en dos territorios: la autonomía y, sobre todo, la
economía. Cataluña tiene hoy mayor autogobierno que Escocia. Pero Escocia y
Cataluña sufrirán una grave crisis económica si, como consecuencia de la secesión,
salen de Europa, abandonan la libra y el euro, crean una nueva moneda, dejan de
vender, como ahora, la mayor parte de sus productos en Gran Bretaña o en el
resto de España, tienen que hacer frente a la deuda contraída y tienen que
pagar cada mes a sus funcionarios con sus propios recursos y sin préstamos de
nadie. De Escocia se irán, como ya han anunciado, el Bank of Scotland y otras
entidades financieras, como en España trasladarán sus sedes matrices Caixabank
o el Banco de Sabadell -y otras empresas- so pena de convertirse en entidades
residuales en un mercado global. Y no llegarán nuevos inversores extranjeros, o
se irán los que están, salvo aquellos que utilicen el chantaje de la imperiosa necesidad.
Sumen a eso pasaportes, aranceles, sanidad y educación bajo mínimos, deuda
multiplicada, pérdida de confianza y tendrán el panorama real. Un panorama que añadirá
una Inglaterra debilitada, una España bajo mínimos y una Europa en proceso de
extinción, porque la fiebre separatista, si triunfa en Escocia o en Cataluña,
crecerá.
El problema
fundamental al que se enfrentan los escoceses y los catalanes es saber si
quieren cambiar independencia por inseguridad, por más pobreza y por más
austeridad. Escocia o Cataluña solas, lo tendrán peor que Grecia. En el caso
español, la solución peor -que ni Convergencia acepta- es la entrada de ERC en
el Gobierno para forzar la vulneración de la Constitución. La siguiente, sería
la convocatoria de elecciones anticipadas donde CiU se inmolaría y una victoria
previsible de ERC, aunque insuficiente para gobernar en solitario, le forzaría
a buscar alianzas. ¿Se imaginan los ciudadanos catalanes lo que podría ser un
Gobierno ERC-Podemos, si éstos acaban ganando o empatando con el PSC? Así que, lo único razonable parece la dimisión
de Artur Mas, la elección de un nuevo candidato por CiU, un pacto de éstos con el
PSC y un proceso de diálogo a nivel nacional con el Gobierno de Rajoy, el PSOE
de Pedro Sánchez -y si es con algún partido más, mucho mejor- y la búsqueda de
una solución de consenso para que esto no explote en las manos de quien ha
puesto la bomba y acabe con todos.