viernes 29 de agosto de 2014, 16:44h
Resulta
ya un poco aburrido escribir y volver a escribir sobre lo que Carlos
Herrera bautizó con humor como "pasión de catalanes" aunque,
para ser honestos, habría que referirse a la pasión de algunos
ciudadanos y algunos políticos catalanes. Es aburrido, ya digo, pero
es que primero Carod y ahora Junqueras te lo ponen demasiado fácil.
Si yo fuera Santiago Segura les ofrecería a los dos un papel
protagonista en una peli de alocadas aventuras que no fuera de la
serie "Torrente" que, para esa saga ya tenemos al clan de los
Pujol sin salir de Cataluña porque el casting podría ser mayor que
el de Gran Hermano si se hiciera provincia por provincia y partido
por partido. Pero a lo que vamos.
Resulta
que Junqueras se despacha a gusto en un periódico serio como el
"Financial Times" y lanza una advertencia apocalíptica: una
crisis financiera mundial en el caso de que se suspende la consulta
independentista. Por la City corre la noticia que pone de los nervios
a los socios de la UE; Obama consulta con sus asesores, Putin se
replantea tras las palabras de Junqueras retoca su política exterior
lo mismo que China, la India y los países emergentes. Junqueras ha
hablado sobre el porvenir del mundo si se frenan sus ansias de
independencia y tendría que haber sido como la tormenta perfecta.
Tendría... pero parece que no. Incluso el propio rotativo británico
señalaba que "el
choque que se avecina, de momento, no ha hecho mella en el entusiasmo
por España, que ha visto cómo los rendimientos de los bonos
soberanos han caído a mínimos históricos, así como impresionantes
ganancias en la Bolsa en los últimos dos años". Igual es que el
mundo entero se equivoca y sólo Junqueras está en posesión de esa
verdad revelada. Hace unos meses, en Noviembre, este extraño
personaje amenazó con "parar la economía catalana durante una
semana" para que se enterase España de lo mal que lo iba a pasar;
quizás la idea era buena, pero no parece que sea cosa sencilla
levantarse un lunes y ordenar que se pare, así, sin más, la
economía circundante hasta nueva orden.
El
problema de Junqueras -como el de Carod, Mas y casi todos los
ultranacionalistas- es que confunden la parte con el todo y se
atreven a hablar en nombre de colectivos que les superan ampliamente.
Dice Junqueras al "Financial Times": "Si yo fuera un
inversor, estaría más tranquilo sabiendo que hay una Cataluña
independiente y preparada para cumplir con sus obligaciones que
teniendo un Reino de España que están confrontado con sus propios
ciudadanos". Y no se da cuenta de tres errores fundamentales: el
primero es que el no es inversor y los inversores nacionalistas -sin
dar nombras- parece que preferían tener sus dineros fuera de
Cataluña. En segundo lugar una Cataluña independiente estaría
fuera de los mercados como ya lo han repetido hasta la saciedad
gentes ajenas al conflicto; eso quiere decir que esa hipotética
Cataluña no estaría preparada en absoluto para cumplir con sus
obligaciones. Y el tercer error es afirmas algo tan gratuito como que
el Reino de España esté "confrontado con sus ciudadanos". Es
Junqueras y los que aun le creen -junto a los que aun creen en Mas-
los que están enfrentados al resto del Reino de España, a la
inmensa mayoría de los partidos políticos y a la inmensa mayoría
de los ciudadanos de españoles que bastantes quebraderos de cabeza
tenemos ya como para enfrentarnos con nadie por un delirio sucesorio.
Los
sueños nacionalistas, aquí y ahora, sólo producen monstruos y
falsedades pero ni Mas ni Junqueras, pese a todos los despertadores
que han sonado, quieren abandonar la pesadilla.