"No hay ninguna propuesta alternativa más allá de decir que la consulta no se puede hacer porque es ilegal". Esta ha sido la respuesta que le ha dado
Mariano Rajoy, según
Artur Mas, tras las más de dos horas de reunión. El president, no obstante, ha destacado que al menos haya un "clima de diálogo abierto" con el Ejecutivo central porque, ha advertido, esto no es "el final de nada".
Mas ya sabía la respuesta por lo que ha acudido a La Moncloa con una baza bajo la manga en forma de 23 medidas, económicas esencialmente, con las que poder negociar. Son sus condiciones, aunque el president lo haya negado, para rebajar una consulta soberanista que se le empieza a poner cuesta arriba aunque él diga que es inamovible y se celebrará con acuerdo o sin él.
También ha venido Mas a Madrid con una advertencia enigmática si el referéndum independentista es declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, anunciando que el proceso
entrará en una nueva fase, "quizá la última", si no se puede hacer "a la británica", es decir, con el ejemplo de Escocia como referente. "Si nos obstaculizan el 9 de noviembre desde el punto de vista legal
entraremos en otra fase, pero ahora no la voy a comentar", ha señalado. Todo apunta a un adelanto de elecciones con Cataluña con carácter plebiscitario.
Mas no defraudó: contestó a todo "en
catalán, en castellano, en inglés o en francés, en el idioma que ustedes me
pregunten", se zafó como pudo del pringoso 'tema
Pujol',
aludiendo a que todo lo había respondido ya el día anterior e incluso reaccionó
con elegancia ante una pregunta sobre las irregularidades económicas de su
propio padre.
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