Dos horas largas para el primer encuentro del nuevo secretario general
del PSOE, Pedro Sánchez, con el presidente del Gobierno, una extensa
conversación en la que ha puesto tres temas sobre la mesa de Mariano
Rajoy: los parados sin cobertura, el desafío soberanista catalán y la
elección directa de alcaldes. En vísperas de la reunión, también en
Moncloa, con Artur Mas, el secretario general de los socialistas planteó
su propuesta de reforma constitucional. La respuesta: "Ni que si, ni
que no". Al menos hubo dos puntos de encuentro: calificar de "ilegal" la consulta independentista... y el baloncesto.
Al menos hubo una coincidencia entre ambos: la consulta del
9 de noviembre es ilegal y no se debe celebrar. Pero
Pedro Sánchez ni piensa en aplicar el artículo 155 de la
Constitución, cree que las aguas se calmarán y puntualizó que aún tiene
pendiente una entrevista con
Artur Mas.
Pero del frente común que algunos esperaban, nada de nada.
Obviamente, hablaron de
Jordi
Pujol, un triste regalo para ambos "de los hipócritas que anteponen
patrimonio a patria", la frase redonda que ya tenía preparada Pedro Sánchez
desde por la mañana.
Al margen de lo previsible -que ya había avanzado por
la mañana el secretario general del PSOE- y de la no menos previsible respuesta
de Moncloa, el primer encuentro de Pedro Sánchez con
Mariano Rajoy ha consistido en conocerse mutuamente. Hay que tener
en cuenta que ni en el propio PSOE se conocía a su nuevo líder hasta hace poco
más de tres meses.
Así que las dos horas y pico dieron para hablar de la
familia y, por supuesto conociendo a Rajoy, de deportes, descubriendo ambos (es
un decir) su pasión por el baloncesto. Una conversación agradable y "cordial", insistía
en comentar Sánchez tras su rueda de prensa en la sala reservada para el
Consejo de Ministros y las grandes ocasiones, toda una deferencia del presidente
para con su interlocutor.
La entrevista se centró en los tres grandes temas que Pedro Sánchez
llevaba en el bolsillo -paro, Cataluña y alcaldes- pero dio para mucho más.
Rajoy ejerció de anfitrión pero también empezó a poner al líder
del aún principal partido de la oposición al tanto de los "asuntos de Estado":
Economía, terrorismo, defensa, política exterior, Europa... Por supuesto, recordándole
"el tradicional entendimiento entre Gobierno y oposición" que también le funcionaba
con
Alfredo Pérez Rubalcaba, con el
compromiso del presidente de "mantenerle informado puntualmente sobre estos
asuntos".
También en la calle
Junto a las no menos
tradicionales promesas de ejercer una oposición "intensa y activa, pero leal",
le dijo a Rajoy que van "a estar muy presentes en el parlamento, pero también
en la calle". Su bandera, la lucha contra "la desigualdad social", y su primer
desafío al Gobierno, la renta mensual para los parados con hijos a su cargo que
no reciban ninguna prestación.
Es la estrategia de Sánchez para recuperar los votos
perdidos entre Podemos y los "indignados", que es el término que emplea. Para
eso están ahí
Zerolo y otros miembros de su equipo, con el encargo de
reconstruir las relaciones con los movimientos sociales que le han dado la
espalda al PSOE. La reforma del aborto, por ejemplo, será uno de los frentes de
este lado de la batalla.
Ah, y por supuesto, de lo de los alcaldes lo ya dicho antes
de entrar, que el PSOE no va a entrar en el juego y que lo considera "un grave
error" para el que ya tiene un culpable:
María Dolores de Cospedal y su "pucherazo
electoral". La carrera hacia las urnas de mayo ya ha comenzado y dobla la
primera curva.
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