Sectores de IU advierten a Garzón que hay cosas "no negociables" en su "aventura populista" con Pablo Iglesias
> Pablo Iglesias tiene casi cubierto el primer objetivo de su
estrategia para convertir Podemos en el voto de referencia de la izquierda
martes 22 de julio de 2014, 12:19h
Pablo Iglesias tiene casi cubierto el primer objetivo de su
estrategia para convertir Podemos en el voto de referencia de la izquierda. Con
Alberto Garzón de cuña, ha conseguido sembrar la división en IU. El detonante
no ha sido otro que la bisoñez del diputado de la coalición al ofrecer incluso
las siglas como dote en una posible alianza con la fuerza emergente del 25M. A
él va dirigido el comunicado de la corriente madrileña Somos IU en el que le
advierten contra las "aventuras populistas" y que hay cosas que "no son
negociables".
La corriente
de IU de la Comunidad de Madrid 'Somos IU' ha firmado una declaración política
en la que se dirige a "distintos sectores" del partido para reafirmar
que la "organización, estrategia, proyecto y siglas" de la formación "no
son negociables" y les insta a "evitar iniciativas convulsas y no
exentas de improvisación", que elevan retóricamente la mirada hacia un
escenario imaginario "a partir de un inaceptable desprecio por la realidad
cultural, política y organizativa de IU, de su afiliación y militancia".
El texto lleva
por título 'Izquierda Unida, un proyecto de largo recorrido', lamenta que
"distintos sectores de la organización no esconden sus deseos de 'avanzar
hacia la convergencia con Podemos, renunciando si fuera necesario a las siglas
IU'" y que dichos sectores defienden que "las ideas son más
importantes que las siglas", no dudando en vincular el futuro de IU al
desenlace de esta operación.
La corriente
-integrada por portavoces municipales de la región, responsables políticos de
'La Mayoría', como es el caso de Ángel
Pérez, y diputados autonómicos como Libertad
Martínez, Rubén Bejarano, Pepa Amat o la concejala de la capital Raquel López- se refiere de manera
velada al diputado Alberto Garzón,
que llegó a afirmar que "las siglas son prescindibles frente a las
ideas".
Tras apuntar
que IU "multiplicó por tres su número de votos y escaños" en las
elecciones europeas aunque "no pudo capitalizar mejor el hartazgo de la
inmensa mayoría de la sociedad española contra las políticas de
austeridad", la corriente ha recordado que, desde la fundación del partido
en 1986, la voluntad de construir "proyectos de convergencia" son
"consustanciales a la naturaleza histórica y política de Izquierda
Unida".
Consideran
que Podemos "han de ser parte esencial de este diálogo político para una
nueva confluencia social y electoral" pero se trata de "evitar
iniciativas convulsas y no exentas de improvisación, que elevan retóricamente
la mirada hacia un escenario imaginario, a partir de un inaceptable desprecio
por la realidad cultural, política y organizativa de IU, de su afiliación y
militancia".
Largo recorrido
"Somos
muchas las personas de IU que creemos en la vigencia de su proyecto político.
Un proyecto de largo recorrido, cuya existencia no puede ni debe someterse a
exámenes de temporada", defienden desde la corriente. Y lo hacen porque no
comparten "la impugnación estructural del sistema de partidos que
distintas voces alternativas han activado".
También son
conscientes de la "inaplazable necesidad de cambios en la renovación de la
propuesta política, en el funcionamiento interno de los partidos, en su
relación con la sociedad y con cuanto en ella se mueve, en la participación
democrática de la afiliación" pero la democracia "no es compatible
con aventuras populistas que niegan las fuerzas políticas actuales, como si las
que aspiran legítimamente a relevarlas fueran congregaciones marianas".
"Izquierda
Unida no puede hacer política con la agenda de otros. Debe tomar buena nota de
la evolución social y política del país. Debe ajustar permanentemente su
discurso político y hacer más permeable y abierta la actividad de su afiliación
y la complicidad de la sociedad civil", han remarcado para añadir que
"su organización, su estrategia, su proyecto y sus siglas no son
negociables".
La corriente
está convencida de que la convergencia de ideas y programas "para hacer
más visible e influyente a la izquierda transformadora dependerá en buena
medida de que Izquierda Unida sea cada día más fuerte y esté explícitamente
comprometida con la movilización social y la iniciativa política e
institucional".