¿Se desinfla el globo
secesionista catalán? Así lo piensan algunos comentaristas y politólogos, tanto
en Madrid como en Valencia, Sevilla e, incluso, Barcelona. Los planes de Artur
Mas, el president de la Generalitat, se han estrellado contra el muro de lo que
él, en privado, llama "la incomprensión" internacional. Tanto él
como sus principales colaboradores saben que la reciente declaración de Angela
Merkel, apoyando al Gobierno de Mariano Rajoy en su contencioso con el
independentismo alentado por Mas, no vendrá sola: tanto el presidente francés,
François Hollande, como su primer ministro, el 'catalán' Manuel
Valls, podrían pronunciarse, y si es preciso se pronunciarán, con igual contundencia
que la canciller alemana. Lo mismo puede decirse de los principales rectores de
la Unión Europea, comenzando por Juncker y Martin Schulz -el sector
liberal democristiano y el socialdemócrata, por tanto--, que ya han sido
abundantemente 'contactados' por sus correligionarios españoles y
que ven con aprensión las tendencias centrífugas en Europa. Y no puede
descartarse, dicen fuentes diplomáticas españolas, que el mismísimo Obama se
una cautamente, y siempre advirtiendo que no quiere mezclarse en los temas
internos de España, al coro de quienes lamentarían la independencia de
Cataluña.
¿Se desinfla el globo
secesionista catalán? Así lo piensan algunos comentaristas y politólogos, tanto
en Madrid como en Valencia, Sevilla e, incluso, Barcelona. Los planes de
Artur
Mas, el president de la Generalitat, se han estrellado contra el muro de lo que
él, en privado, llama "la incomprensión" internacional. Tanto él
como sus principales colaboradores saben que la reciente declaración de
Angela
Merkel, apoyando al Gobierno de
Mariano Rajoy en su contencioso con el
independentismo alentado por Mas, no vendrá sola: tanto el presidente francés,
François Hollande, como su primer ministro, el 'catalán'
Manuel
Valls, podrían pronunciarse, y si es preciso se pronunciarán, con igual contundencia
que la canciller alemana. Lo mismo puede decirse de los principales rectores de
la Unión Europea, comenzando por
Juncker y
Martin Schulz -el sector
liberal democristiano y el socialdemócrata, por tanto--, que ya han sido
abundantemente 'contactados' por sus correligionarios españoles y
que ven con aprensión las tendencias centrífugas en Europa. Y no puede
descartarse, dicen fuentes diplomáticas españolas, que el mismísimo
Obama se
una cautamente, y siempre advirtiendo que no quiere mezclarse en los temas
internos de España, al coro de quienes lamentarían la independencia de
Cataluña.
La 'diplomacia catalana'
está fracasando sin paliativos en su búsqueda de apoyos por las embajadas
europeas en Madrid. En todas ellas, según reconoció recientemente Ramón
Tremosa, el independentista cabeza de candidatura de Coalición por Europa, la
respuesta viene a ser la misma: el referéndum es ilegal. No han logrado
convencer a las cancillerías de lo contrario. Tampoco ha logrado la 'diplocat'
de la Generalitat que Artur Mas mantenga los contactos 'de altura'
que ha pretendido, ni en Francia, ni en Alemania ni en casi ninguna capital
europea.
El esperado diálogoNaturalmente, este 'rechazo'
europeo -y, como se demostrará, también norteamericano-a los planes
secesionistas va a ser una de las bazas con las que Rajoy juegue cuando,
próximamente, se entreviste con el president de la Generalitat. No hay fecha concretada
aún, que se sepa, para este importante encuentro, que al menos pone fin a una
larga etapa de alejamiento y falta de diálogo. Asesores del presidente del Gobierno
central parecen estarle ofreciendo consejos contrapuestos: aseguran que el 'superconsejero
presidencial'
Pedro Arriola, que lógicamente nada dice al respecto, se
inclina por una negociación que deje indemne 'lo fundamental', es
decir, la legalidad vigente, aunque con promesas de proceder a una reforma
constitucional. Al respecto, será sin duda importante la reunión que también
próximamente -tras el congreso socialista-mantendrán Rajoy y el
nuevo dirigente del PSOE,
Pedro Sánchez, que este fin de semana habló en
Barcelona en esa reforma, que habrá de consensuar con el Ejecutivo del PP...si
el PP accede a ello, naturalmente.
Sin duda, ese consenso entre
Rajoy y Sánchez, si efectivamente se produce, será otra mala noticia para los
intransigentes que rodean a Mas, comenzando por su 'portavoz'
Francesc Homs. Porque ellos quieren seguir adelante con sus planes de ruptura y
plantean no aceptar ninguna negociación que no sea que el Gobierno central
permita la celebración de la consulta, prevista para el 9 de noviembre. Pero
Mas ya ha ofrecido, en su carta a Rajoy pidiéndole un encuentro, cambiar esta
fecha e incluso la extraña 'doble pregunta' que se plantearía en el
referéndum, quién sabe si borrando cualquier alusión a la palabra 'independencia'
o similares. Una oferta que Rajoy, en su versión 'poli malo', ha
rechazado tajantemente. Pero que, creen los más optimistas en el Gobierno,
podría servir como base para un diálogo que, entre otras cosas, ayude a Mas a "sacar
la pata que ha metido, que va a llevar a los catalanes a una especie de
suicidio colectivo, y él lo sabe", según comentó un ministro considerado próximo
a Rajoy. El presidente está, al parecer, convencido de que las ansias
independentistas catalanas apenas responden al impulso de una parte de la clase
política, y no al sentir del común de los ciudadanos; por ello, sigue estimando
correcta su estrategia de 'esperar y ver' cómo se hunde el rival.
Y, en todo caso, a Rajoy le quedan muchas armas: una disolución anticipada de
las Cortes y la convocatoria de elecciones coincidiendo con el referéndum,
sería, acaso, la más extrema y peligrosa para él. Pero se ha llegado a barajar.
En todo caso, un cauto
optimismo es perceptible en La Moncloa ante lo que pueda ocurrir en los
próximos días respecto al contencioso catalán. Entre otras cosas, porque en el
PP se cuenta también con un cierto renacimiento de los socialistas catalanes,
ahora de la mano de
Miquel Iceta, en un sentido más integrador o, al menos, no
tan confuso como hasta ahora. Veremos lo que sale del congreso del PSC este fin
de semana, que está atendido no solo por Sánchez, sino también por la mismísima
Susana Díaz. El dibujo, nacional e internacional, se va tejiendo rápidamente
sobre el tapiz catalán. Y es un dibujo en el que Artur Mas ya solo puede
salvar, casi a cualquier precio, su cabeza política. A menos que, como creen
algunos, esté dispuesto a inmolarse para pasar a la Historia como un mártir de
la independencia catalana.
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