Cuando los miles de fans de "One direction" estaban ya al borde del colapso en la ribera del Manzanares, en el otro extremo de la ciudad de Madrid (calle Sor Ángela de la Cruz, pub "7 copas"), un joven aunque curtido grupo de rock se disponía a tocar en versión acústica su segundo disco ante un nutrido grupo de seguidores. Se trata de "Agosto frío", que puso en el mercado su primer CD hace ahora dos años, y que, poco antes del mes que le da nombre, acaba de estrenar el segundo durante un concierto muy especial porque el disco, con todos los temas propios, y con cantante nueva y en formación acústica, sonó en un ambiente al que sus componentes no están acostumbrados.
El experimento no pudo salir mejor. La conjunción de la nueva voz,
Irene Jiménez, con el resto del grupo fue perfecta. Los viejos integrantes de "Agosto frío" son avezados profesionales y no podían fallar:
Alberto Clemente (Guitarras y coros),
Guillermo Soloaga (Bajo, violonchelo y coros) y
Guille Manzanares (batería, viola y percusión). Músicos de formación académica, como puede verse por la diversidad de instrumentos que dominan, la perfección en la ejecución de melodías y ritmos, y la madurez de sus composiciones, abrieron el concierto del mismo modo que lo cerraron, con el corte 1 de su disco, "Hielo", un tema que no tiene absolutamente nada que envidiar a cualquiera de los que semana a semana van ocupando los primeros lugares en las listas de rock de las emisoras que dominan el mercado radiofónico orientado a los miles y miles de jóvenes y adolescentes que -por ejemplo- abarrotaron el sábado el estadio del Atlético de Madrid para escuchar a la joven formación británica
A lo largo de unos 75 minutos "Agosto frío" levantó pasiones entre los aproximadamente 150 espectadores que abarrotaban también el local del concierto, interpretando los temas que componen su nuevo trabajo, pero alternándolo también con varios temas clásicos del rock, entre los que destacó una excelente versión del "Hey Jude!", de
The Beatles. Pero, poco a poco, e inteligentemente escogidos, fueron sonando temas llenos de fuerza con otros más suaves ("Suerte", "Ana", "Sombras", "A punto de chocar"), junto a otros básicamente acústicos, de su primer CD, y de este segundo.
Un concierto memorable de un grupo de jóvenes músicos que merecen la mejor de las suertes porque su esfuerzo no es un brindis al sol de la popularidad sino un prolongado y excelente esfuerzo de unos músicos profesionales que saben muy bien lo que quieren y cuya producción musical está llena de calidad y personalidad , en donde el rock se mezcla con toques de pop, de metal y hasta de rock progresivo. "Agosto frío" demuestra que no se puede hacer tabla rasa ni de tendencias, ni de estilos. Con ellos, el rock se pone a la altura de cualquier otro estilo y "Agosto frío" hace bueno que, como decía hace muy poco
Chucho Valdés, no hay que distinguir más que entre dos tipos de música, la buena y la mala, y ellos, por derecho propio, están ya engrosando con todo merecimiento el primero.
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