jueves 10 de julio de 2014, 11:30h
Ninguno
de los tres candidatos a dirigir el PSOE se preocupa por estimular a los
ciudadanos, por ofrecer a los electores un programa acorde a sus necesidades
actuales, en un mundo de cambios imprevisibles, con nuevas incertidumbres y
ninguna garantía de estabilidad.
Los
tres candidatos se dirigen exclusivamente a su militancia, a ese grupo reducido
y menguante de la sociedad española que ni la representa en su conjunto ni
aporta un número suficiente de votantes para poder ganar con ellos unas
elecciones.
¿Dónde
quedan aquellos líderes carismáticos del socialismo como Felipe González o Toni Blair,
que fueron capaces de dar la vuelta a sus países respectivos, imponiéndoles
incluso sacrificios sociales y renuncias doctrinales?
Aquellos
dirigentes con visión amplia y proyectos de futuro han sido sustituidos por
mediocres políticos cortoplacistas, empeñados tan sólo en ganar las próximas
elecciones, con una retórica vacua y plagada de tópicos, sin comprender los
cambios sociales ni tener el valor suficiente para hacerles frente y cambiar
sus viejos eslóganes.
Para
llegar al poder, González convenció a la mayoría de sus compatriotas de su afán
moderado y modernizador, renunció a la antigualla del marxismo, aceptó unos
valores convencionales comunes a todos los españoles y tuvo el arrojo de
ejecutar una durísima política industrial que le costó dos huelgas pero le
permitió superar el atraso económico del país.
Algo
parecido podríamos decir de Blair, quien se apartó del caduco radicalismo
sindical de su partido, apostó por una amplia clase medida reformista y
consiguió ser el Premier británico
más duradero de los últimos doscientos años tras Margaret Thatcher.
¿Acaso
son comparables a ellos los compañeros
Madina, Sánchez y Pérez Tapias? ¿Dónde
están sus análisis de los cambios de la sociedad de bienestar, la demografía en
que se sustenta, las nuevas prioridades de los ciudadanos, las obligaciones
sociales que comportan y la manera de hacerlas frente?
Estos
no son problemas que afecten exclusivamente a los militantes de su partido sino
a todos los españoles. Si no ofrecen un programa que pueda afrontarlos, de nada
sirve que ganen las primarias
socialistas. Su aportación al bienestar colectivo de los ciudadanos seguirá
siendo nula.
Diplomado en la Universidad de Stanford, lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundo de Nueva York.
Entre otros cargos, ha sido director de El Periódico de Barcelona, El Adelanto de Salamanca, y la edición de ABC en la Comunidad Valenciana, así como director general de publicaciones del Grupo Zeta y asesor de varias empresas de comunicación.
En los últimos años, ha alternado sus colaboraciones en prensa, radio y televisión con la literatura, habiendo obtenido varios premios en ambas labores, entre ellos el nacional de periodismo gastronómico Álvaro Cunqueiro (2004), el de Novela Corta Ategua (2005) y el de periodismo social de la Comunidad Valenciana, Convivir (2006).
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