Tejeiro, quien se ha prestado a colaborar con el Ministerio Público de cara al esclarecimiento de los hechos mediante la entrega de un escrito en el que de forma pormenorizada detalla las maniobras supuestamente delictivas llevadas a cabo a través del Instituto, se encuentra imputado en la causa junto a sus hermanos
Ana María -mujer de Torres- y
Miguel Tejeiro.
Sobre todos ellos pesan presuntos delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos, fraude a la Administración, tráfico de influencias, estafa, falsedad y un delito fiscal, tal y como hizo constar el juez
José Castro en el auto por el que la semana pasada decretó que continuase el proceso penal contra estos imputados de cara a su enjuiciamiento.
El exadministrador fue citado a declarar por primera vez el 11 de febrero de 2012, tres meses después de que estallase la operación policial del caso Nóos tras meses de investigaciones en torno al presunto desvío de cerca de seis millones de euros públicos a través de Nóos.
Ese día, el encausado ya relató ante el juez Castro que durante el tiempo que ocupó la administración de varias de las sociedades pantalla del entramado Nóos se encargó de emitir facturas que le indicaba Torres, si bien se desmarcó de cualquier tipo de irregularidad en torno a ello puesto que, alegó entonces, nunca tuvo poderes ni firmó en ninguna de las sociedades.
Tejeiro incidió en todo momento en que bajo la instrucción del exsocio del Duque confeccionaba las facturas y especificó que se trata de una labor que desarrolló tanto en el Instituto Nóos como en Nóos Consultoría Estratégica, Virtual, Intuit, Shiriamasu y Aizoon, la empresa de la que son copropietarios al 50 por ciento la
Infanta Cristina y
Urdangarin. No obstante, ya en 2012 exculpó a la infanta Cristina, copropietaria al 50% de Aizoon, asegurando que ella nunca iba por la oficina ni tomaba decisiones. "Yo hacía las facturas recibiendo el dictado de Diego Torres o Iñaki Urdangarin", aseguró hace dos años Tejeiro.
Los investigadores apuntaban, ya entonces, que la única finalidad perseguida por Urdangarin y Torres con la toma del control de Nóos era contar con la cobertura de una asociación que aparentemente no tuviera ánimo de lucro -"una especie de ONG dedicada a proyectos sociales", como señalaba la Fiscalía- y todo ello a fin de "rodearse del prestigio social derivado de las actuaciones altruistas a las que presuntamente se dedicaba la asociación y evitar suspicacias por parte de terceros al financiarse básicamente con fondos de organismos públicos".
Ocho días después de que Castro pusiera fin a la instrucción del caso, Tejeiro ha optado por desvelar otras numerosas irregularidades, entre ellas el hecho de que
Aizoon tenía como objetivo desviarse a su favor los fondos que de forma ilícita percibió el Instituto Nóos de las Administraciones, pese a "carecer de infraestructura personal y de medios para acometer su actividad social".
El juez debe decidir ahora si le cita de nuevo a declarar como imputado, lo que baraja el magistrado de cara a esclarecer los hechos confesados por Tejeiro. Según han señalado fuentes jurídicas, Castro baraja los sábados 12 y 19 de julio como posibles fechas para que el excontable acuda de nuevo a los Juzgados de Vía Alemania.
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