¿Existe
una forma óptima de financiación para emprender?
Financiación,
rara avis difícil de encontrar en el
mundo del emprendimiento.
Si
preguntásemos a las personas que emprenden o han emprendido en los últimos 20
años: ¿financiación tradicional o nuevas fórmulas?, seguro que responderían lo
mismo: cuando se precisa financiación se necesita una respuesta rápida, tanto si es positiva como si no.
En
épocas de crisis aumenta considerablemente el porcentaje de financiación
informal, basada en los préstamos o avales de las familias o amistades de las
personas emprendedoras. Esto debería hacer que nos preguntáramos de qué se
están ocupando las entidades bancarias.
La
influencia de las TICs en la
democratización, en la participación y, concretamente, en la financiación, ha tomado forma con el crowdfunding, donde los ciudadanos toman
el papel que los bancos no asumen o no quieren asumir. Este tipo de fondo suele
financiar proyectos de tipo social o cultural, quedando los de tipo empresarial
en segundo lugar.
En
estos momentos la combinación para financiar a las nuevas empresas consiste en
capitalización del desempleo más financiación familiar.
Después
de muchos años de experimentar diferentes formas de financiación de los
proyectos empresariales (ayudas a fondo perdido, subvención de intereses,
capital riesgo o microfinanciación), creemos que la herramienta más adecuada para
el tipo de proyectos que tenemos en España es el Capital Semilla.
La
realidad es que, cuanto más se acerca la financiación al territorio y a los
ciudadanos, más acertadas son las medidas que se adoptan.
El
Capital Semilla, combinado con un adecuado asesoramiento para la consolidación,
es una fórmula que permite aportar un valor añadido a los proyectos a
financiar, al contar con los dispositivos públicos de apoyo a la creación, que van
desde los Semilleros de Proyectos hasta las Incubadoras de Empresas o las Agencias
de Desarrollo Local.
A
través del trabajo con los emprendedores y emprendedoras en el desarrollo del
plan de empresa, las personas responsables de estos dispositivos pueden llegar
a conocer, tanto a las personas que lideran los proyectos, como la viabilidad
económica de los mismos.
El
trabajo llevado a cabo conjuntamente permite que el tutor o tutora respalde
técnicamente el proyecto. Y un proyecto así ratificado es, a su vez, el mejor aval
para obtener su propia financiación.
El
decálogo para financiar puede resumirse así:
1.- Busca
asesoramiento en los dispositivos públicos de apoyo a la creación de empresas.
2.- No
te precipites. Las prisas no son buenas.
3.- Desarrolla
un buen Plan de Empresa. Dedica tiempo a ese propósito, que puede convertirse
en el proyecto de tu vida.
4.- Pide
a varias entidades bancarias las condiciones de préstamos a solicitar.
5.- Afina
el ojo antes de pedir avales. Muchos creen que vale más prestar dinero que
avalar.
6.- No
te ofendas si no te avalan: no es que desconfíen de ti, es que saben que
el futuro es imprevisible.
7.- No afiances
un préstamo con tu piel. Una cosa es la empresa y otra tú y tu familia.
Limita responsabilidades.
8.- No
te sometas a la usura.
El dinero es una mercancía y tiene su precio justo.
9.- Haz
calendarios financieros detallados. La financiación es una parte muy
importante de los costes empresariales.
10.- Sé
buen pagador. La impuntualidad tiene precios prohibitivos.
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