Felipe González miente y defiende su triste legado
miércoles 04 de junio de 2014, 13:01h
El
14 de abril de 1931 se proclamó en Eibar la II República española. Fue buena
convulsión. Había habido el 14 de abril elecciones municipales. Los
republicanos habían ganado en las grandes ciudades pero no en el resto donde
ganó la derecha y ganaron los monárquicos. Y hay que recordar, porque el actual
PP parece ignorarlo que hubo republicanos de derecha. Don Niceto Alcalá-Zamora,
católico, ex ministro de Alfonso XIII cansado de aquel rey corrupto y
veleidoso, fue uno de sus santones de aquel movimiento y el primer presidente
de aquella república burguesa, dato que el PP de hoy, aferrado a la monarquía
del Movimiento, parece no tener en cuenta. La herencia de Franco por encima de
todo.
José
Antonio de Aguirre, quien en 1936 fue el primer Lehendakari en la historia, fue
elegido alcalde de Getxo aquel 1931 proclamó la República vasca en vinculación
con la República española. Y dijo esto:
"Saludamos a la naciente República Española y
en relación al País Vasco, proclamamos la personalidad vasca integral de
Euzkadi de aquende el Pirineo y, en particular, la personalidad histórica y
demócrata de Vizcaya y sentamos, en consecuencia, su derecho a la propia
gobernación y a convocar sus JJ.GG. con todas sus genuinas facultades mediante
la reunión inmediata de los delegados de todos los ayuntamientos recientemente
elegidos; saludamos pues, a la República Española y aclamamos a nuestra
República Vasca."
Esta es la historia del PNV. No otra.
El
rey Juan Carlos anunció su
abdicación el lunes dos de junio. Lo
hizo precipitado por la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba. La operación
relevo necesita un PSOE en la onda de Felipe González, no de las Juventudes
Socialistas, hartas de ser ninguneadas
en asunto de tanto interés. Lo trataron de plantear en la Conferencia socialista
de setiembre. No les dejaron. Pero han captado que ese viejo pacto hace aguas
por todas partes. Una Puerta del Sol
repleta de banderas republicanas y de gente joven nos llevaba a aquel 14 de
abril de 1931 y a un 15 M, despreciado, pero que plantó la semilla del
resultado electoral del domingo 25 de mayo. La necesidad de un Cambio de
política y de comportamientos.
No
hay más que escucharle estos días a
Felipe González decir que históricamente
el PSOE era accidentalista y que
era republicano solo si la monarquía no era democrática. González miente e
insulta a la historia de su partido. Y
lo hace para justificar su pacto con
Suarez en agosto de 1976 en relación con un Juan Carlos al que se le llamaba El
Breve, pero que ha durado 39 años, gracias a que él le blindó, le protegió, pactó
con la prensa, le permitió todo tipo de excesos y en amable camaradería
cuartelera le ha mantenido ahí para
desdoro del republicanismo ético de los
Besteiro, Largo Caballero, Prieto, De los Ríos y demás insignes socialistas que
,de haber conocido estas mentirosas declaraciones de González, lo hubieran
enviado al lugar más ardiente de un infierno lleno de personajes traidores a
una ideología como González.
Y esa es la clave. La generación entreguista
de González y Rubalcaba termina .Vienen tiempos en los que se da valor al voto
popular, al control político, a la conducta ética y estéticamente intachable y
estos viejos gatopardos se revuelven y reinventan la historia de la que son
grande responsable y culpables.
El
rey mintió el lunes hablando del porqué de su abdicación. Nombró a su padre del
que no recibió nada. Todo lo contrario porque le había madrugado en 1969 con el dictador. Y es que estamos ante lo que
fue aquel legado de la dictadura. Una instauración monárquica, no una
restauración. La monarquía del Movimiento entró por la puerta de atrás gracias
a Carrillo y González. Treinta y nueve años después ahí está el balance. Un
golpe de estado aupado por un rey que previamente se había cargado al
presidente del gobierno. Un yerno procesado por ladrón. Una hija en serio
peligro de acabar, si no en la cárcel, si fuera de todo circuito. Una Catalunya
en clave soberanista. Una Euskadi que no desea saber nada de todo este escenario de mentiras,
empujones, blindajes, conducta indecorosa....
Pero el show debe continuar y para ello siguen haciendo
falta dos motores; La mentira empalagosa y el concurso de un socialismo que
hace aguas por todas partes. Y, de momento, con esta precipitación han logrado
tapar el agujero. Pero el agua seguirá subiendo.