El pasado lunes la OCI (Organización de la Conferencia Islámica,) que cuenta con 57 estados miembros, manifestó que, tras de la visita de los Reyes, sigue con gran interés la evolución de las relaciones hispano-marroquíes y ofreció, una vez más, su total apoyo a Marruecos para lograr la recuperación de sus dos ciudades expoliadas.
Pero las alertas de la Conferencia Islámica no acaban aquí. En la Página web de la OCI se ha hecho público un comunicado en el que invita al gobierno español a “obrar por un arreglo de esta cuestión por los medios diplomáticos”.
Al igual que esta organización, son varias las agrupaciones árabes que siguen prestando su apoyo incondicional a Marruecos, la Liga árabe, el Parlamento árabe Transitorio y la Secretaria general de la Unión de los abogados árabes, entre otras muchas, como también era de esperar.
A pesar de las malas relaciones y de los augurios sobre cómo debería actuar el cuerpo diplomático español, el Embajador del país en Marruecos, Luis Planas, continúa con sus labores diplomáticas.
Por su parte, el ejecutivo de Marruecos ha llamado a consultas a su embajador en España, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores español ha descartado que el Gobierno vaya a tomar "una medida similar".
Por España que no falte una buena relación; así se divisa tanto en las medidas adoptadas por el gobierno del central, como en las declaraciones del vicepresidente del Ejecutivo melillense, Miguel Marín, quien ha apuntado que es necesario para los dos países que exista un clima de “buena vecindad” para el mejor desarrollo y entendimiento de ambos.
No obstante, aunque España abogue por un ambiente de buen entendimiento, Marín también ha expuesto el deseo de que Marruecos “respete” a las ciudades autónomas, que son parte de España desde hace más de cinco siglos en el caso de Melilla, mucho antes de que el reino alauí existiera como país independiente.