El "mono" de las Europeas
viernes 09 de mayo de 2014, 07:51h
Lo único
bueno que tiene el estar inmerso en esta Feria de mayo en Sevilla, aparte de
esas saunas improvisadas en las que se han convertido las casetas del Real en
plena hora de la siesta, es que, gracias a Dios, la campaña a las elecciones
europeas va a durar cuatro días menos que en el resto de España. Si el jueves,
día 8 de mayo, comenzaban oficialmente los mítines y las comparecencias
públicas de los candidatos y sus adjuntos, aquí abajo, aunque también el líder
del PP-A, Juanma Moreno, abrió la campaña en un conocido restaurante
cercano al Real de Los Remedios, esta fecha se aplazará, al menos, hasta el
lunes, día 12. Algo es algo. Cuatro días sin tener que aguantar las pamplinas
de unos y otros es todo un descanso para el personal. El CIS ya lo ha
confirmado. Por más interés que le pongan PP y PSOE, por más gritos, motivos y
razones que expongan Elena Valenciano y Miguel Arias Cañete no
parece que la gente esté por la labor de renunciar a la playa o al campito el
próximo día 25 para cumplir con su deber cívico de acudir a las urnas. Algo muy
gordo tendría que pasar, Dios no lo quiera, para que el personal se animase y
comprendiese que estas elecciones europeas son, como dicen casi todos los
políticos, claves para el futuro de España. Y da la impresión que España
"pasa" bastante de estas claves.
Y es que, por desgracia, la impresión que tenemos casi todos es que en Europa
mandan los que mandan, que son los alemanes, y nos da igual que los
representantes españoles sean del PP o del PSOE porque, al final, será Ángela
Merkel quien decida si el Banco Central Europeo reduce los tipos de
interés, concede créditos y anima las economías de los Estados miembros. Aunque
Rajoy parece más sensibilizado con el reto de Europa y ha colocado como
cabeza de su lista a un experto en las negociaciones y en el regateo
internacional que domina varios idiomas como es Miguel Arias, ya han
visto que al PSOE le da más o menos igual. Porque, seamos serios, poner a Elena
Valenciano de cabeza de cartel para Europa por mucha coordinadora de Lobby
Europeo de Mujeres que sea no parece que sea un mérito demasiado destacable.
Sería, más o menos, como presentar a la sin par Susana Díaz, mucha
labia, mucho oropel y escaso contenido. Porque, y reproduzco lo que dice la
página del PSOE de su candidata Valenciano: "Formacón académica: Ciencias
Políticas y Derecho en la Universidad Complutense de Madrid (no acabó ninguna
de las dos carreras porque, según sus propias palabras "le aburría
estudiar"), Baccalaureat en el Liceo Francés; idomas: francés (bilingüe),
inglés (nivel alto), italiano y portugués (nivel conversación)" (sic).
Vamos, más o menos como yo, cuando trato de explicarles los distintos aceites y
productos de "Oleo-le", la oleoteca especializada que tiene mi
señora en pleno centro de Sevilla, a los canadienses, a los brasileños, a los
alemanes o a los japoneses, algo de "olive oil", de "huile de
olive" y poco más, es decir, que Valenciano chapurrea malamente el
espikinglis y se entiende con los italianos y los portugueses con un
"capisco" y un "obrigado". Nivel conversación. Venga ya con
el cuento.
Son muchos los que apuestan que esta próxima cita electoral es la piedra de
toque de los dos grandes partidos ante los futuros retos municipales, las
generales y las autonómicas. Desde Andalucía quieren vendernos que las
elecciones europeas del 25 de mayo son el primer enfrentamiento serio entre los
dos nuevos líderes de los grandes partidos, Susana Díaz y Juanma
Moreno. Sí, pero no es exactamente así. Es cierto que Moreno tiene
ante sí una difícil coyuntura que es la de reeditar la histórica pero pírrica
victoria que el PP logró sobre el PSOE y los cincuenta escaños conseguidos por
su antecesor, Javier Arenas, hace dos años. Por su parte, Susana
busca resarcir a los socialistas andaluces del batacazo que se dio su padrino,
Pepe Griñán, y tratar de sacudirse en lo posible el lastre de sus actuales
socios de Gobierno, IULV-CA, que le pesan como una losa en sus futuras
aspiraciones. Pero eso no se va a dilucidar el día 25, gane quien gane. Entre
otras cosas porque la lista única de las europeas, una cicunscripción para todo
el Estado, nada tiene que ver con las de otros comicios nacionales y porque el
previsto nivel de abstención va a maquillar bastante los resultados. Así que no
le convendría ni a una ni a otro echar las campanas al vuelo sea cual sea el
resultado.
A cuento del interés que con el que están recibiendo los españoles las
elecciones europeas, no quiero acabar este artículo sin hacerme eco de un video
que está siendo estos días trending topic en Twitter. Lo protagonizaba un mono
que se presentaba como candidato a ministro de Economía en las próximas
elecciones. Con un programa político que no se anda por las ramas, Mono
aseguraba en su web que los mercados volverán a ser de fruta, los
banqueros serán solo aquellos que hagan asientos o que la deuda se solucionaría
con un simpa. En su video electoral Mono propone aplastar la inflación o
dinamitar la deuda entre otras cosas, y termina afirmando que "Votar a
Mono es votar por el futuro económico que todos queremos" Como estaremos
de hartos casi todos los ciudadanos de los políticos al uso, que el mono en
cuestió ha recibido en un abrir y cerrar de ojos casi cien mil votos de apoyo.
Qué quieren que les diga. Es lo que hay.