Lección magistral de interpretación de Manuel Galiana en 'Testigo de cargo'
lunes 05 de mayo de 2014, 09:42h
Sabido
es que este país de ingratos no reconoce
nunca el mérito de nadie si aún está vivo. Reciente tenemos aún
el fallecimiento de Adolfo
Suárez, que ha tenido que irse de
este mundo para concentrar en su figura los parabienes de tirios y troyanos, muchos de los cuales, unos cuantos años antes, le aplicaban los epítetos más
deleznables, o le traicionaban
desde sus propias filas ideológicas.
Pero, ¡en fin!, nuestro país es así, y
así tendremos que
seguir amándolo.
En
el teatro pasa algo parecido. Si Manuel Galiana fuera
británico ya habría sido nombrado lord
por SM la Reina. Aquí, ni lo
logró José María Rodero, el otro grande
de las tablas -y antecesor de Galiana en esos méritos-, ni lo veremos
tampoco con él.
'Testigo de cargo', es un thriller de Agatha Christie,
que fue publicada primero en forma de
relato a finales
de la década de los 40 del siglo pasado,
adaptada unos años después por
la propia autora como obra teatral, que alcanzó desde el principio un éxito
extraordinario tanto en Londres como en Broadway, para dar
finalmente el salto al cine en 1957 de la mano de Billy Wilder,
que obtuvo con la cinta 6 nominaciones al Oscar y 5 a los Globos de Oro.
Manuel
Galiana es un actor como la copa de un pino, cuya sola
presencia basta para justificar que cualquier
espectador se acerque a verlo para
disfrutar con una de sus lecciones magistrales de interpretación. En "Testigo de cargo", que hasta junio se representa en el Teatro Amaya de Madrid, bajo la
dirección de Javier Elorrieta,
no solo borda su papel, sino que,
además, está sublime. Es un verdadero placer
escuchar, no solo la palabra, sino también los silencios
de Galiana en su papel de un reputado abogado,
Sir Wirlfrid Robarts, que se ve
implicado en la defensa de Leonard Vole, un joven de inmejorable aspecto, amigo de una
tan vieja como rica
dama, que ha sido asesinada, y
con quien el joven mantenía una
(¿interesada , desinteresada?) relación, a pesar de su notable
diferencia de edad. Romaine, la esposa
del joven acusado, es una enigmática mujer, de origen alemán, que se convierte en verdadera testigo de cargo.
Acompañan
a Galiana en el reparto un elenco
de buenos actores, que hacen creíble
la historia del relato: Paca
Gabaldón (en el papel de Romaine), Pablo Martín (como Leonard
Vole), Luis
Fernando Alvés (el fiscal), Lidia
San José, Oscar Zautua, Jorge San José y Oscar Olmeda. Todos ellos
contribuyen a que los espectadores, a pesar de que en muchos
casos conocen de sobra el
inesperado desenlace de la
historia, permanezcan atados a sus butacas, y casi sin respiración, hasta el
mismo momento en que se baja el telón, y tienen que salir
en repetidas ocasiones a
saludar al entusiasta público. Pues bien, hasta en
ese mismo instante final de la obra,
Galiana es un grande de la escena (en mi
humilde opinión, en estos momentos, el mejor) porque se mantiene
ligeramente retrasado frente a
los demás compañeros y con los brazos
extendidos para mostrar a los
espectadores que él no es nadie sin
sus compañeros de reparto. Una lección, pues, que empieza cuando se levanta el telón y que no termina
cuando cae, porque gestos como
ese permanecen imborrables en nuestra memoria, para hacer aún más
grande al actor de actores, Manuel Galiana, que, por cierto,
ha tenido la genial idea de crear
escuela en su Estudio 2, en el número 11 de la madrileña calle Moratines,
donde imparte clases, y dirige más que interesantes montajes que ningún
buen aficionado debería perder de vista.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
27868 | Cuquiña - 06/05/2014 @ 00:01:34 (GMT+1)
Manuel Galiana es un extraordinario actor porque ya lo era de joven y ahora con una veteranía ganada con el paso de los años es como podría ser en Inglaterra sir Laurence Oliver. No he visto la obra pero haré todo lo posible por verla porque el papel en la película del abogado que creo que hacía Charles Laughton seguro que al menos lo iguala o quizá lo mejore.
27869 | Cuquiña - 06/05/2014 @ 00:01:34 (GMT+1)
Manuel Galiana es un extraordinario actor porque ya lo era de joven y ahora con una veteranía ganada con el paso de los años es como podría ser en Inglaterra sir Laurence Oliver. No he visto la obra pero haré todo lo posible por verla porque el papel en la película del abogado que creo que hacía Charles Laughton seguro que al menos lo iguala o quizá lo mejore.
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