miércoles 23 de abril de 2014, 07:51h
Un grupo de parlamentarios socialistas franceses han
elaborado una alternativa a la nueva posición conservadora del ejecutivo
socialdemócrata liderado por Manuel Valls en la república que preside François
Hollande.
Reinan los mercados en Europa de tal manera que imponen a
los gobiernos y a las democracias decisiones en función de la tasa de ganancia
en lugar del interés de la gente.
De esta manera, si deseamos mantener el gasto público para
proteger a los que menos tienen con un nivel suficiente de ingresos, esto nos
lleva en los momentos recesivos a extensos déficits públicos que son muy
criticados por aquellos que dejaron la Economía en el siglo XVIII.
El déficit se cubre emitiendo deuda pública que compran los
mercados internacionales ante la pasividad, hasta ahora, del Banco Central
Europeo a diferencia, así es, de lo que puso en marcha con excelentes
resultados la Reserva Federal
norteamericana.
Es entonces cuando si los déficits y el gasto público, las
decisiones públicas dependen de los mercados, estos imponen sus normas. Es lo
que los conservadores españoles, sólo en España llamados liberales, no
entienden.
Rodillas al suelo los gobiernos contraen los déficits,
recortan los gastos limitando los derechos de los ciudadanos o elevan los
impuestos socavando la renta y el consumo de los mismos.
Tijeras en mano, Manuel Valls, se dispone a contraer el
déficit público a partir de una decisión tan brutal como inesperada, tan poco
sofisticada como escasamente eficiente: disolver una buena parte del estado del
bienestar.
Es lo que Valls ha llamado un Pacto de Responsabilidad. La
responsabilidad, por tanto, de que los acreedores decidan el futuro de
generaciones y generaciones de franceses en una Europa que no existe.
Se disponía la
Portavoz de Hacienda del PS, Valérie Rabault, a proponer
dichas medidas, tan ineficaces como inoportunas, cuando el Presidente del Grupo
Parlamentario, Bruno Leroux, recibió la rebelión de un tercio de sus diputados.
Un grupo de diputados que, no son más de izquierdas sino que
son más realistas y sofisticados, como digo. Aquellos que han propuesto un plan
alternativo de reducción del déficit público sin menoscabar la mejora del
capital humano y los servicios públicos que convirtieron a Francia en una
potencia mundial.
Un plan sustentado en evitar los descuentos fiscales a las
grandes compañías y aventuras tributarias varias, antes que recortar el estado
del bienestar, la educación o la sanidad públicas.
Así, las ideas, el manifiesto y la decisión de
parlamentarios tales como Jean-Marc Germain o Nièvre Christian Paul, han
evidenciado que otro Partido Socialista existe, otra Francia existe y otra
Europa existe.
@AntonioMiguelC