La violencia en las manifestaciones y en las Marchas de la Dignidad
miércoles 26 de marzo de 2014, 10:42h
Cualquiera
que se haya informado bien de lo ocurrido en los momentos finales de la
Marcha de la Dignidad que llegó a Madrid el sábado pasado ha podido
comprobar que hubo lamentables momentos de violencia que
desgraciadamente han provocado que varias personas (manifestantes y
policías) hayan resultado heridas, algunas de consideración.
Al respecto creo que lo primero que hay que manifestar es que resulta
lamentable que haya ocurrido eso y que es deseable que todas esas
personas se recuperen bien y cuanto antes. Ya he dicho en muchas
ocasiones en esta web que me parece que la paz debe ser el lenguaje y la
práctica continua de los seres humanos, no la excepcional. La
violencia, venga de donde venga, la genere quien la genere y sea cuál
sea su causa, es un fracaso de la humanidad. La paz, por el contrario y
por muy imperfecta que sea, es el camino y no un instrumento que
utilicemos de vez en cuando, solo cuando no tenemos problemas con los
demás o cuando son irrelevantes o de pequeña factura.
Por tanto, creo que debemos condenar sin ningún reparo la violencia que se ejerció al final de la Marcha.
Dicho eso, creo que también hay que ser coherentes y afrontar los
hechos con objetividad pues las cosas no siempre ocurren como nos dicen
que han ocurrido.
Lo primero que hay que señalar es que todas las organizaciones y
personas que convocaron la Marcha hicieron siempre una llamada
permanente a la acción pacífica. Nunca llamaron a la violencia sino que
advirtieron para que nadie cayese en provocaciones.
Es cierto, sin embargo, que en la órbita ideológica de las izquierdas
más radicales hay personas o grupos que no tienen otro modo de expresar
sus reivindicaciones que no sea por medio de la violencia. Negar eso es
una hipocresía. Incluso en esta web hemos comprobado a veces la
violencia verbal con que muchas de estas personas se expresan, algo que
no puede llevar sino a más violencia y más peligrosa cuando ese tipo de
personas se encuentran en situaciones de tensión.
También es bien sabido que en ese tipo de manifestaciones hay grupos
provocadores de extrema derecha que se infiltran justamente para generar
el efecto contrario al que buscan los promotores pacíficos de las
movilizaciones. De ahí que en muchas ocasiones se produzca una
desgraciada combinación de extremismo de derechas e izquierdas que a mi
juicio tiene más que ver con la barbarie y la marginación que con otra
cosa y, desde luego, muy poco o nada con la actividad política.
Finalmente, no podemos olvidar que desde hace años (y mucho más justo
cuando ha habido mayor número de manifestaciones con motivo de la
crisis y de los recortes tan injustos que se vienen haciendo) es la
propia policía la que infiltra a sus agentes como si fueran
manifestantes normales y corrientes para provocar los incidentes que
justifican la intervención policial. Las pruebas de ello son abundantes e
indiscutibles, pues hay multitud de fotos y vídeos que muestran que
efectivamente los provocadores más violentos son muchas veces policías
que hacen todo lo posible para que una manifestación pacífica se
convierta en violenta y así puedan quedar justificadas las cargas
policiales. Negarlo también es una hipocresía lamentable.
Estos últimos días han circulado por la red fotos de encapuchados que
ayudan a la policía uniformada a poner esposas a detenidos o de otros
mostrando sus pulseras distintivas cuando van a ser golpeados por la
policía, precisamente porque los habían detectado siendo especialmente
violentos.
Y, por último, creo que tampoco es una simple casualidad que las
cargas policiales y los hechos más violentos se produzcan siempre unos
minutos antes de las noticias televisivas de la noche, lo que permite
que los telediarios abran con escenas siempre impactantes y que crean un
inevitable rechazo hacia las manifestaciones y hacia quienes las
convocan.
Comprendo que la policía debe hacer su trabajo y que su misión es
procurar que no se den disturbios innecesarios pero lo que está
ocurriendo es que los mandos al servicio de un gobierno a su vez
cómplice y servidor de los grandes grupos financieros y de poder
utilizan a los policías para hacer un servicio de represión vergonzosa.
No para prevenir, sino para crear altercados, a veces, como ha ocurrido
en esta última ocasión, incluso poniendo en peligro la integridad física
de los propios policías.
Hay vídeos que ponen de manifiesto que la policía irrumpió en el acto
final del sábado pasado antes de que hubiera concluido y cuando se
trataba de un acción perfectamente legal y pacífica, lo que es natural
que provocase indignación y rechazo.
No voy a justificar ningún acto de violencia. No me voy a rendir.
Quiero que la paz sea siempre mi única expresión, mi único modo de
entenderme con los demás seres humanos. Pero no voy a caer en el error
de dejarme llevar por la sinvergonzonería de unos dirigentes políticos
que usan a otros seres humanos para evitar que la gran mayoría de la
sociedad disfrute de derechos elementales que les están quitando en
beneficio de unos pocos.
Lamento sin ningún tipo de reserva la violencia y condeno los
altercados y la lesiones y el daño que se han producido, tanto a
manifestantes como a policías, y a ambos en la misma medida. Pero
condeno sobre todo a quienes han provocado todo ello y ahora quieren
hacer pasar por violentos a cientos de miles de personas pacíficas que
reclaman con dignidad justicia y las libertades que nos están quitando.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
27282 | kroker - 27/03/2014 @ 17:40:07 (GMT+1)
No puedo creerme que estos estallidos de violencia no estuvieran previstos por las Fuerzas Orden Público e incluso por el CNI. No puedo creerme que esos grupúsculos violentos no estén infiltrados como mínimo por los Servicios Secretos españoles o por la Policía o la Guardia Civil. No puedo creerme tampoco que unos pocos energúmenos sean capaces de poner en jaque a más de 1500 policías antidisturbios. No puedo creerme que los mandos policiales sean tan ineptos.
Como no me puedo creer nada de lo anterior, la pregunta que primero viene a la mente, es: ¿por qué pasó?. Si lo que se buscaba era dejar que reventaran la protesta casi lo consiguen, aunque los medios derechistas den por hecho que TODOS estaban involucrados en los actos de violencia. Si lo que se busca es desacreditar cualquier tipo de protesta ciudadana pacífica, no lo han conseguido; y si lo que se busca es justificar la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, tampoco lo han conseguido, porque la le gente no es tonta, y no comulga con ruedas de molino.
Queda una pregunta más, ¿si los fines que se perseguían eras estos?, ¿se puso entonces en peligro la vida de policías únicamente con fines políticos?. En un Estado democrático normal, se habría cesado ya a la Sra. Cifuentes, al Ministrillo del Interior, y se habría abierto una investigación sería sobre quién dio esas órdenes. Pero MRB, ni está, ni se le espera.
27237 | Teseguite - 26/03/2014 @ 13:11:53 (GMT+1)
Pérfido panfleto lleno de mentiras de principio a fin. La violencia brutal de la ultraizquierda es parte de su estrategia. Los grupos violentos son las SA, los camisas pardas, de la extrema izquierda, pero son lo mismo, igual que la SA era parte del NSDAP. El Frente Popular está presente en el Parlamento y en las orgías de violencia que vemos en las calles en los últimos meses. Son los mismos perros con diferentes collares.
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