lunes 24 de marzo de 2014, 10:20h
Una
de las más extravagantes piruetas del Gobierno ha sido encargar a unos
presuntos sabios, encabezados por D. Manuel Lagares, que ya daba consejos en
los bondadosos días de la Transición, un asesoramiento sobre como cumplir la
promesa del PP de bajar los impuestos. Los presuntos sabios presentaron un plan
al que, de forma inmediata, hubo de replicar el Gobierno llevándole la
contraria, contestación que se habrían ahorrado si en vez de hacer encargos
hubiesen puesto a trabajar a quienes debían, es decir, a sus propios técnicos
en activo, funcionarios públicos y políticos sensibles a los estados de opinión
popular. El Gobierno ha dado la impresión de que ni sabe discurrir por su
cuenta ni tampoco sabe buscar a quien sea capaz de discurrir interpretando los
objetivos programáticos de la casa. Lo más impresentable de la expertización
"lagareña" ha sido proponer gravar a los propietarios de sus propias viviendas
en las que se alojan mayoritariamente los millones de votantes más o menos
conservadores del PP, provocando, como no podía ser menos, el fulminante
rechazo de la vicepresidenta Soraya Saenz de Santamaría. Menos inmediato pero
más tajante ha sido el ministro Montoro que decidió dulcificar su imagen de
recaudador mayor del Reino aclarando que "no vamos a subir el IVA" ni "ningún
producto subirá su tributación". Lo que no explicó es por qué eligió a un
comité de expertos predispuesto a aconsejarle todo lo contrario a lo que
deseaba el principal aconsejado que le aconsejasen.
La clave de la
generosa doctrina "lagareña" está en las manifestaciones del presidente del
ilustre comité diciendo que sus planes "favorecerán a los más necesitados". Los
"más necesitados" que, lamentablemente, son aquellos que casi no pagan ni pueden
pagar impuestos, por falta de ingresos y escasez de consumo, están que se
parten de risa, si es que se ocupan de leer periódicos o escuchar sandeces por
televisión y no han perdido el sentido del humor por su mal vivir. Hay, efectivamente, sectores "más
necesitados" que lo que desean es dejar de serlo. Lo que quieren son
oportunidades para recuperar unos niveles de clase media deteriorados por la
crisis, unos puestos de trabajo perdidos y unas viviendas decentes. Necesitados
que anhelan que la economía se reactive para encontrar trabajo y no que les
perdonen unos euros del subsidio. Lo que no desean es seguir viviendo como "más
necesitados" con una propina de descuento del Sr. Lagares. Esos "más
necesitados" que no acostumbran a ponderar demasiado los complicados
equilibrios y cálculos de Lagares, están cabreados con la situación y con el
Gobierno y son propicios a abstenerse en las elecciones o a castigar a los
gobernantes votando lo que predica D. Cayo Lara o cualquier cosa peor. Pensar
que el mensaje de los presuntos sabios puede ser bien acogido por referirse a
"los más necesitados" es no conocer el ambiente. Ni el Papa Francisco podría
congratularse al saber que los que no pueden pagar impuestos van a poder
impagar menos impuestos.
Pero
donde el estupor es más explícito es entre los políticos resabiados que saben
donde están los electores que deciden el signo de los gobiernos. Las inmensas
clases medias que hicieron posible la serena transición política en España y
los millones de ciudadanos actuales que llevaron al poder al PP son la clave de
que se pueda continuar una vía efectiva y sensata de salida de la crisis en la
línea centro derecha. Que tales clases medias sean castigadas sicológicamente
en su más íntima posesión, su vivienda, y que "los más necesitados" tengan que
seguir indefinidamente de "débiles" y de inquilinos morosos es un horizonte
difícilmente asumible hoy pero absolutamente insoportable como proyecto de
futuro. No sabemos el tiempo que habrá perdido el Gobierno confiando en estas
asesorías de "eruditos a la violeta" que diría Moratín, dispuestos a no dejar,
según Lagunero, "títere con cabeza". Solo consuela pensar que estos consejeros
no gobiernan. Pero es alarmante que los gobernantes actuales tengan tan poca
seguridad en sí mismos y sus equipos como demuestra su tentación a perder el
tiempo con personas que son capaces de afirmar en la pantalla, con singular
facundia, que quien pierde al no aceptar su reforma es el Gobierno. En vísperas
de unas elecciones europeas no se podía buscar una ocasión más torpe para hacer
público un programa fiscal que "no es el del Gobierno", pero que es producto
del encargo de un Gobierno que no parece capacitado para presentar su propio
programa de bajada neta de impuestos en tiempo oportuno.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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