El Real Madrid pretende dar en el Clásico del fútbol español un golpe de efecto a la Liga y dejar la lucha por el título en cosa de dos, con el Atlético de Madrid, eliminando del camino a un Barcelona que se juega en el Santiago Bernabéu su último cartucho.
Asoma por el Bernabéu un clásico liguero decisivo en la bonita lucha por
el título que protagonizan esta temporada tres equipos. El Real Madrid,
líder gracias a una racha inmaculada de partidos sin perder desde que
Carlo Ancelotti encajase
su derrota más dura en el Camp Nou, ante un Barcelona obligado a ganar y
corregir sus últimas derrotas a domicilio (Anoeta y Zorrilla).
El
encuentro de la primera vuelta fue clave para la reacción del Real
Madrid. Andaba encajando aún piezas Ancelotti cuando tuvo un ataque de
entrenador en el Camp Nou. Aún si su referente,
Xabi Alonso,
apostó por Sergio Ramos como medio centro. El resultado no pudo salirle
peor y la derrota, pese a la buena imagen de la segunda mitad cuando
corrigió su error, provocó las pocas críticas que ha tenido que soportar
el técnico italiano desde su llegada a la casa blanca.
Hace diez
años que no vence al Barcelona, desde que en 2004 lo hizo dirigiendo al
Milan, y Ancelotti considera que ha llegado su momento. Lo encara con
su equipo de gala. Plasmando en el terreno de juego la filosofía
ofensiva que auguró en su presentación, con un Real Madrid protagonista
de los partidos, que rompe con su pasado reciente y quiere el balón para
desatar uno de los ataques más veloces del mundo. Con
Bale,
Cristiano Ronaldo y
Benzema convertidos en el tridente ofensivo más goleador.
En
esta ocasión no habrá sorpresas y Ancelotti, que suma 31 partidos sin
perder y acaricia el récord de 34 de Leo Beenhakker, confirmó que jugará
con su equipo tipo. Lo permiten las lesiones. La ausencia de
Álvaro Arbeloa asegura el puesto a Dani Carvajal en el lateral derecho. La de
Sami Khedira permitió
apostar por un 4-3-3 que desata el mejor juego madridista. Y la
reciente de Jesé Rodríguez deja al Real Madrid sin un arma potente que
sacar desde el banquillo. Lo será Isco Alarcón si consigue recuperarse
de una inoportuna gripe.
Sí lo están Karim Benzema, del fortísimo
golpe que sufrió en su cuádriceps derecho al chocar con Cristiano en La
Rosaleda, y Ángel Di Maria tras superar un proceso febril. Mantenerse
fiel a un estilo y la unidad del equipo en defensa con una lucha clave
en el centro del campo, las considera claves Ancelotti para que el Real
Madrid de un golpe a la Liga ante una afición que tiene algo que decir
en un día señalado.
Mientras, al Barça sólo le vale el triunfo.
Se juega la Liga en el Santiago Bernabéu, donde todo lo que no sea
derrotar al Real Madrid relegará a los azulgrana a un papel secundario
en la recta final, debido a la ventaja de cuatro puntos que tiene el
equipo blanco que podría ampliar a siete si consigue la victoria.
Después
de haber desperdiciado hasta cinco puntos de ventaja que tuvo antes de
finalizar la primera vuelta, el Barça entró en barrena hace unas semanas
al cosechar tres derrotas casi consecutivas que le han dejado en una
posición de mucha debilidad y dependencia. Tanto es así, que del
liderato ha caído a la tercera posición, y ni tan solo un triunfo en
Madrid le devolverá la primera plaza.
Ante este panorama en la
clasificación, el Barcelona viaja a Madrid dispuesto a ofrecer su mejor
versión, de la que algo se ha podido ver en los últimos partidos, aunque
nada que ver con las mejores actuaciones de los barcelonistas en los
últimos años.
El equipo catalán armará un equipo en base al éxito
que entiende el entrenador argentino Gerardo Martino ha cosechado su
equipo en los partidos importantes, lo que significa que el Barça
apostará por sacar a su artillería pesada y dejar fuera a jugadores como
Alexis o Pedro, especialistas en abrir las bandas en los extremos.
El
'Tata' ya avanzó que jugaría Neymar, en el banquillo en la goleada del
Barça al Osasuna (7-0), a la vez que su idea es poblar el centro del
campo con sus jugadores más técnicos: Xavi, Iniesta, Cesc y Messi, con
Busquets como cierre en la medular. La idea que defiende el técnico es
que con esta tipología de 'tocadores', el Barça controla mejor sus
partidos ante propuestas del rival, como la que planteó en Champions el
City, en que fía su juego a la velocidad y al contragolpe.
Con
muchos jugadores en la medular, al Barça le resulta más fácil bascular
hacia arriba y abajo sin resquebrajarse, a la vez tiene mayor posesión
del balón. Ante estos fundamentos, la línea defensiva no tendrá mayores
sorpresas que la alineación de los jugadores más en forma (Alves, Piqué,
Mascherano y Alba), igual que sucede en el centro del campo (Xavi,
Busquets e Iniesta), mientras que solapados a la medular, Cesc se unirá
al grupo y también Messi, quedando el argentino cuando su equipo
defienda y Neymar como jugadores dispuestos a iniciar los contragolpes.
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