Se cambian derechos por dinero
domingo 02 de marzo de 2014, 11:48h
España e Italia
han pedido a la Unión Europea que se moje en el asunto de la
inmigración procedente de África porque es "un problema europeo".
Y tienen razón porque quienes entran por Lampedusa, Ceuta y Melilla,
buscan llegar a Europa y quedarse. También los que mueren en las
aguas de Lampedusa o de Ceuta a pocos metros de la meta. Así que hay
razones para pedir a Europa no sólo que busque soluciones conjuntas
para afrontar un problema europeo y no sólo español o italiano;
también para que dialogue con los países de los que proceden esos
inmigrantes y busque respuestas justas y conjuntas a esos problemas.
Pero igual que
exigen esta implicación europea debían cumplir lo que Europa les
pide. Cuando España o Italia devuelven a los inmigrantes por la
puerta de atrás, sin atender sus derechos, o ponen concertinas en
unas verjas cada vez más altas y largas o castigan duramente a
quienes auxilien a los inmigrantes, aunque estén en peligro
inminente de muerte -esa norma ha regido en Italia hasta después de
la gran catástrofe de Lampedusa- "necesitan" ayuda. Cuando el
Parlamento Europeo, apenas hace un mes y medio, denuncia que los
países europeos están vendiendo la nacionalidad propia a cualquiera
a cambio de dinero, miran para otro lado. Que entren inmigrantes
irregulares, explotados por las mafias, con la necesidad de salir de
la miseria es un problema europeo. Vender la nacionalidad europea a
cualquiera, también a delincuentes o narcotraficantes, sin exigir
siquiera el requisito de residencia -cuando se otorga a alguien la
nacionalidad española, italiana, británica o alemana lo que se le
da es la libertad para establecerse y circular por toda Europa, para
votar o para recibir asistencia en las Embajadas nacionales- es una
vergüenza.
En Chipre hay
que invertir cinco millones de euros en inmuebles, pero en España o
Portugal basta con comprar un piso de 500.000 euros; en Irlanda, la
misma cantidad, más otros 500.000 euros en deuda pública; en
Letonia basta con una inversión de entre 70.000 y 140.000 euros, más
colocar otros 280.000 euros en un banco; en Malta, si se pagan
650.000 euros, los familiares pueden beneficiarse de la nacionalidad
pagando sólo entre 18.000 y 50.000 euros. En Inglaterra, se abre una
puja que parte de un millón de libras y que concede cien visados
anuales... También Estados Unidos o Canadá hacen negocio con la
concesión de nacionalidades... Incluso hay algún embajador español
que, literalmente, vende visados a 2.900 euros.
Así que somos
europeos para los que nos interesa y nos quejamos de Europa cuando no
nos viene bien. Y eso que dice el artículo primero de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de que "todos los hombres nacemos
iguales en dignidad y derechos", sólo es verdad si tenemos, al
menos, medio millón de euros para colocarlos en otro país,
democrático y respetuoso con los derechos humanos. Quien obtiene la
nacionalidad a cambio de dinero circula libremente por Europa. Muchos
sin papeles no se atreven a salir a la calle. Cuestión de dinero.