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La gran Susana

La gran Susana

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
lunes 10 de febrero de 2014, 10:22h
            Es comprensible que Doña Susana Díaz se crea la emperatriz de Andalucía y se comporte como tal, tras haber llegado a la presidencia por vía sucesoria y sin el filtro de una elección popular. Como Catalina la Grande se sentía dueña y señora de todos los rusos, así Susana la Grande se puede sentir señora de todas las provincias de su gran Comunidad Autónoma. Con la autoridad legítima que ostenta es razonable que guste de celebrar visitas de cortesía a otras autoridades constitucionales que se creen señores absolutos de otras comunidades, cual es el caso de D. Arturo Mas.
 
            Lo que ya no parece tan comprensible es que los españoles perplejos, incluidos sus correligionarios socialistas, hayan podido conocer, a través de los medios informativos de la pasada semana que esta gran Susana le haya ofrecido al Sr. Mas una salida a sus pretensiones soberanistas por medio de una reforma de la Constitución vigente. Al parecer, se trata de una apuesta federal en torno a la que el Sr. Mas podría estar dispuesto a dialogar si se concretase. Esto, por inverosímil que nos parezca, es tan así que el Consejero de Presidencia de la Generalitat Sr. Homs se ha visto llamado a pedir concreciones sobre esta oferta: "que nos diga que ofrece el PSOE". También tendría Homs que preguntarse ¿Qué ofrece el Sr. Mas cuando pretende dialogar con el Gobierno central sin contar con el voto de todos los españoles?.
 
            ¿Quién es y de que poderes dispone Susana Díaz para ofrecer nada a nadie fuera de Andalucía? ¿Quién es o quien se cree que es para ofrecer cambios constitucionales quien no está investida de ninguna competencia legislativa a nivel nacional? ¿Quién es, dentro del partido socialista, para ofrecer nada en nombre de un colectivo en que no ostenta la presidencia ni la secretaría general? Quien ni tan siquiera ha sido aún elegida en unas elecciones autonómicas, ni ha manifestado pretensiones a presentarse como candidata a las elecciones primarias de su propio partido ni, mucho menos, si va a ser tenida en cuenta como candidata socialista al Gobierno de España, se atreve, sin embargo, a proponer diálogos sobre asuntos que no son de su competencia ¿es que se considera a sí misma como la representante unitaria del socialismo, interpretado como "iglesia triunfante" de un futuro impredecible?
 
            Hay una leyenda humorística que atribuye a los andaluces cierta tendencia a la exageración. Pero esta exageración bate todas las marcas. La gran Susana, en nombre de todo el pueblo español, además de la alianza de todas las izquierdas, del poder legislativo democrático y del poder autónomo de una Andalucía que aún no ha tenido la oportunidad de votarla, se permite ofrecer apuestas federales a otro señor que, también, quiere ejercer por su cuenta el derecho a la secesión incumpliendo la Constitución vigente. De la megalomanía de Artur Mas está al cabo de la calle toda la ciudadanía de España, de Europa y de todos los Estados del mundo, incluida la Santa Ciudad-Estado del Vaticano. Pero la que no era tan conocida era la megalomanía de Susana Díaz que se atreve a tratar "tête-à-tête" sobre futuribles desde funciones que nadie le ha asignado y como si ya no existiesen ni el Sr. Rajoy ni el Sr. Rubalcaba. Visionaria y profética, la gran Susana Díaz que, inicialmente, ocupó su presidencia con sensatos propósitos de enmienda, realismo y depuración, se le ha subido el cargo a la cabeza con síntomas preocupantes y parece dispuesta a arreglar España entera de acuerdo con unos principios federales que no se sabe en qué consisten ni en qué bases de opinión se apoyan. Quizá lo hace con buena voluntad para evitar ese también exagerado pronóstico de "choque de trenes" temido por ella y Artur Mas a la par, que parecen desconocer que solo sería un choque entre una locomotora y una motocicleta, que intentaría evitar Susana Díaz con su banderita de señales de guardavías aficionada. Este síndrome de estadista prematura y preconcebida se está "externalizando" con una rapidez tan alarmante que puede provocar la frustración de todas sus ilusiones y vanidades.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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