El que parte y reparte...hace lo que le da la gana
domingo 09 de febrero de 2014, 11:35h
Estoy convencido que nos toman por tontos, que los políticos que nos
gobiernan se creen a pies juntillas que el pueblo que les votó sólo
tiene derecho a eso, a votar cada cuatro años y después dejar que los
elegidos hagan lo que les venga en gana, que para eso han ganado las
elecciones y son los que mandan. Punto y pelota. La antigua división de
poderes de los regímenes liberales decimonónicos murió con el propio
Montesquieu, su máximo y único defensor, y las mayorías absolutas o las
relativas que se tornan absolutas gracias al apoyo de los partidos
adosados, se pasan por el forro lo que diga el resto de los poderes que
deberían controlarlos. Porque todo esto es la pescadilla que se muerde
la cola.
Los ciudadanos eligen al Legislativo en listas cerradas
e impuestas por los partidos, éste nombra al Ejecutivo a su medida, el
Ejecutivo propone a los miembros del poder Judicial para que los
ratifique el Parlamento, y el poder Judicial nombrado a dedo sigue al
pie de la letra lo que le dicta el Gobierno, cerrando así el círculo de
los despropósitos con los que se disfraza el sistema democrático que
tanto ensalzamos. A los ciudadanos sólo nos queda el derecho al pataleo,
la sumisa protesta y la larga espera de otros cuatro años aguantando el
chaparrón hasta que nos llegue la hora de acudir de nuevo a las urnas a
repetir la pantomima que dará paso, en el mejor de ls casos, a una
nueva mayoría que, pese a sus promesas electorales, volverá a hacer lo
mismo que hicieron los anteriores, cuando no lo hagan peor aún que sus
precedentes. Y pese a todo, aun siguen diciendo que la democracia
parlamentaria es el menos malo de los regímenes. Y no quiero hablar de
momento del llamado cuarto poder, ya saben los medios de comunicación,
que está cada más subyugado por los mismos que dominan al Ejecutivo, al
Legislativo y la Judicial, llegando su sumisión a límites insospechados.
Así que eso es la democracia que estamos disfrutando o sufriendo. Pues
qué bien.
Como ejemplo paradigmático les expongo lo que está
sucediendo en Andalucía en los dos casos de corrupción más escandalosos
de la corta historia de nuestra autonomía y en los que se "han perdido"
cientos de millones de euros, que se dice pronto. Tanto con el Caso de
los EREs fraudulentos como con el turbio asunto de las facturas falsas
de la UGT, donde pese a romperse el círculo vicioso de los tres poderes
en una misma mano que impera en la mayoría de los Estados, se demuestra
taxativamente que quien parte el bacalao es el Ejecutivo que reparte los
presupuestos. En este caso el poder judicial, encarnado por la
magistrada Mercedes Alaya, no está controlado ni por el Gobierno de Susana Díaz,
ni por la mayoría PSOE-IULV-CA que domina el Parlamento andaluz, pero
da igual. Al final, decida lo que decida la juez, los ciudadanos nos
quedaremos esperando que los que se lo han llevado calentito, devuelvan
ni un euro de lo defraudado.
Y a las pruebas me remito. A
Susana, tan dicharachera ella, tan demagoga y populista, se le llena la
boca afirmando publicamente que los responsables de los EREs devolverán
el dinero estafado que será invertido en la creación de empleo. Ja, que
me parto y me trocho. Palabras que se lleva el viento porque está claro
que muchos de los culpables de esta macroestafa han sido o son
compañeros de partido, desde Chaves a Griñán pasando por Viera, Fernández, Vallejo, Ávila, Aguayo y
unos cuantos más, y los pobres míos han sido despedidos de la Junta y
no tienen dónde caerse muertos. Con todo lo más alucinante es lo de la
UGT. Susana le ordena a su consejero de Economía, Innovación, Ciencia y
Empleo, Sánchez Maldonado, que revise las ayudas dadas a
la UGT para ver cuanto tienen que reclamarle, éste dice que revisar esas
facturas le supone "un calvario" y se limita a reclamar unos cuantos
millones para cubrir el expediente. La gemela de Susana, la nueva
secretaria general de la UGT andaluza, Carmen Castilla, dice que están deseando que todo se aclare, pero su número dos, Toni Ferrer,
señala que no le consta que la Junta le haya pedido que devuelva un
euro. Tendrán poca vergüenza, ¿En qué quedamos? Elemental, querido
Watson, el que parte y reparte, que no es otro que el Ejecutivo de la
sin par Susana, se lleva la mejor parte y aquí, los pringaos que
acudimos cada cuatro años a las urnas se nos vuelve a quedar la cara de
tonto cuando comprobemos que no sólo nadie va a devolver el dinero
robado, sino que muy posiblemente, la inmensa mayoría de los más de cien
imputados, no pisará la cárcel. Al tiempo.