martes 04 de febrero de 2014, 11:52h
Este Tío Sam a la gallega que nos ha salido de la convención del
PP en Valladolid no lleva sombrero de copa con las estrellas de la Unión y
hasta casi pide perdón cuando señala con el dedo índice, ¡tú! Y debe ser porque
los jesuitas de León, con los que estudió de pequeño, le dijeron eso de "niño,
no señales con el dedo, que es de mala educación". Por eso Mariano Rajoy hizo
un inciso en ese exordio para mandar callar a Alfredo Pérez Rubalcaba y
aclaró, "digo tú, bueno él, pero tú" porque le sonaba muy fuerte lo que le
habían escrito y no fuera, además, que alguno de sus enfervorecidos
simpatizantes no entendiera bien el mensaje y se diera por aludido. Pero es el
nuevo icono del partido popular, que no quepa la menor duda. A diferencia del
Uncle Sam yanqui no pide al personal que se aliste en ejército alguno aunque si
pide una movilización general a los suyos.
Aparentemente solo señala a uno, al
pérfido líder de la oposición, para que se arrepienta por los pecados cometidos
cuando gobernó y haga ahora contrición, reconozca el peazo de recuperación que
tenemos y luego guarde silencio para siempre. Pero para nada, que va. Pedro
Arriola y los del argumentario popular colocaron la frasecita en el discurso
para crear un icono patriótico que marque el camino a la muchachada popular en
estos tiempos de zozobras internas, desgarros del personal y ausencias
clamorosas. Se quede o no Mayor Oreja, se marche alguno más con Ortega Lara,
siga Aznar con su inoportuna agenda extranjera, aumenten o no las encuestas que
pronostican batacazos populares en las europeas, vengan los de Save the
Children a avisar que hasta un tercio de los niños españoles están en riesgo
grave de pobreza, repunte el desempleo y la desigualdad, bajen los cotizantes a
la seguridad social, diga la Unión Europea que aquí es donde pensamos que hay
más corrupción, apunte la UDEF al "general secretario" Alvarez Cascos como
perceptor de mordidas y sobresueldos... Igual dá. Sigan al Tío Mariano y apunten
con el dedo a los socilaistas, a los que no se les cae la cara de vergüenza por
arruinar el país y encima no se callan y cuestionan todos los días este peazo
de recuperación que no se merecen. Arriola y los suyos saben lo que hacen y por
eso Rajoy se deja aunque no sea éste su estilo y, muy obediente pero con su
pereza habitual, dice lo que le dicen que diga y señala a quien le dicen que
señale. Es de libro en comunicación política. Cuando vienen mal dadas lo que
hay que hacer es crear un enemigo exterior para unirse y plantar batalla. De
momento ha dado titulares y ha cabreado al secretario general del PSOE y a los
suyos. Lo malo para Rajoy, su Gobierno y su partido es que no son los del
PSOE quienes no ven la recuperación, son millones y millones de familias que no
la sienten y siguen padeciendo. Y no les valen las campañas ni van a seguir al
Tío Mariano.