Solamente de lamentable puede
calificarse la agresión de activistas de Femen al presidente de la Conferencia
Episcopal, Antonio María Rouco Varela. Cinco mujeres activistas, con los pechos al
descubierto y pintadas de pésimo gusto en su torso, abordaron al cardenal por
la posición eclesiástica sobre el aborto. Las agresoras llegaron a las manos,
al intentar colocar prendas íntimas, pintadas de rojo, en la cabeza del
presidente de los obispos españoles.
Las protestas así, encima con convocatoria
a cámaras y medios de comunicación, no hacen sino envilecer el clima de diálogo
que debería presidir el lógico debate sobre cuestiones tan enraizadas en la
sociedad como la del aborto. Las opiniones de la Iglesia católica oficial
pueden discutirse y rechazarse, pero jamás con estos métodos, que desprestigian
a quienes los practican.
Fotos de la protesta: