El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reprochado que los
jueces españoles estén perjudicando la reforma laboral con una interpretación 'restrictiva
sobre los despidos'. A esa feroz injerencia del FMI al poder judicial español
ha respondido con contundencia la asociación Jueces para la Democracia, que ha
reprochado a ese organismo ultraliberal que pretenda que "nuestros tribunales
actúen de acuerdo con unos objetivos económicos prefijados, sin tener en cuenta
los derechos de las partes en los procedimientos laborales". Se trata, en
verdad, de una inadmisible e intolerable intromisión de una organización
internacional de extremo neoliberalismo en la justicia española.
Desde Jueces para la Democracia han recordado a los ultras
del FMI que la jurisdicción social española "resuelve jurídicamente los
litigios con una ponderación adecuada de los legítimos derechos e intereses de
las empresas y de los trabajadores, a través de las soluciones correctas
jurídicamente para cada caso concreto". Y ha añadido que, a pesar de las
afirmaciones del FMI, "no debe olvidarse que
las personas no pueden ser
tratadas como mercancías que están sujetas absolutamente a las leyes del
mercado, por lo que su dignidad implica la protección de sus derechos
fundamentales".
En su contundente respuesta a uno de los organismos que con más
perversidad contra los trabajadores ha actuado en esta crisis económica, Jueces
para la Democracia afirma que con estas manifestaciones "
el FMI está sugiriendo
la supresión del poder judicial en materia laboral y la vuelta a las relaciones
laborales del siglo XIX, cuando no existían derechos". Dicen que con esas
pretensiones de extrema derecha, "
este organismo internacional parece querer
convertirse en una divinidad de adoración obligatoria. Sin embargo, debemos
poner de manifiesto que los jueces españoles únicamente están sometidos al
imperio de la ley y de los principios constitucionales, según establece nuestro
ordenamiento jurídico". Y le repite al FMI, por si es sordo de oídos y corto de entendederas, que "esta
actuación judicial es la propia de un Estado Constitucional con división de
poderes, en la que nuestros tribunales son la garantía ante cualquier vulneración
de derechos".
El comunicado de Jueces para la Democracia es tan
contundente que les dice a los inmovilistas de la extrema derecha del FMI que "r
esulta
preocupante que organismos internacionales como el FMI pretendan presentar como
soluciones técnicas e inevitables lo que son meras apuestas ideológicas desde
una visión partidista de las relaciones económicas". Por otro lado, las
afirmaciones del FMI sobre la actuación de nuestros tribunales "carecen del más
mínimo rigor, sin que se aporten datos objetivos para valorar la adecuación de
las resoluciones judiciales en los casos concretos. En todo caso,
cualquier
perspectiva sobre la situación económica puede ser muy respetable, siempre y
cuando no se pretenda presionar a nuestros tribunales para que dicten
resoluciones inconstitucionales".
Añade ese comunicado de JpD con absoluta indignación que "consideramos
que
las manifestaciones del FMI pretenden presionar a los magistrados de la
jurisdicción social para que dicten sentencias en una determinada dirección,
sin valorar las características de cada caso concreto, ni tampoco los derechos
de las partes". Por ello, "
ante semejante injerencia desde Jueces para la
Democracia analizaremos pedir la intervención de la Organización Internacional
del Trabajo y del Consejo Consultivo de Jueces Europeos".
Asimismo, JpS solicita que el Consejo General del Poder Judicial "se pronuncie en defensa de la
actuación independiente e imparcial de los magistrados españoles de la
jurisdicción social. Y que
se dirija expresamente al FMI para indicarle cuales
son los deberes constitucionales de nuestros magistrados, entre los cuales no
se encuentra el de seguir los dictados de ningún organismo económico internacional,
por muy poderoso que este sea".
Además de esa intolerable injerencia de un organismo
extremo, hay que señalar que la cara visible del FMI -organismo que propugna la
austeridad y los recortes contra los trabajadores-, no parece predicar con el
ejemplo...
como recogió Diariocrítico, el FMI informó en octubre de 2013 que la
directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde,
percibió una remuneración anual de 476.360 dólares (352.859 euros) el último
ejercicio, lo que representa una subida del 1,8% respecto a la retribución de
467.940 dólares (346.622 euros) obtenida un año antes. Justo lo opuesto a sus
recetas para España a quien aconseja abaratar los costes laborales. Un sueldo que prácticamente quintuplica al del presidente del Gobierno español,
Mariano Rajoy.