Las consecuencias de la privatización fallida
miércoles 29 de enero de 2014, 08:01h
Algunas empresas privadas, a las que el gobierno regional de
Ignacio González le iba a regalar la sanidad pública madrileña, conocen ahora
que usted estaba en una lista de espera, qué enfermedad padece su madre y donde
viven todos y cada uno de los trabajadores del hospital que le iban a
externalizar.
Alerto desde estas páginas de unos hechos que todavía pueden
dar lugar a polémica y, peor aún, pudieran ser una invitación a cometer delitos
de cuya responsabilidad no es ajena una administración que no merecen los
madrileños.
A algunas empresas adjudicatarias de la privatización, ahora
acabada, se le pusieron despachos a su disposición con el fin de tener acceso a
los recursos públicos que iban a ser externalizados de inmediato.
A estas empresas se les entregaron los listados de personal,
con sus sueldos y sus currícula, además de los datos personales que figuran en
los contratos de todos esos empleados públicos. ¿Qué harán con ellos?
Empresas que poseen en algún caso, en estos momentos, la
relación de pacientes en lista de espera, la clasificación de los pacientes por
patologías, con nombres y apellidos. Los gastos en medicamentos y los accesos
informáticos. ¿Qué uso harán de toda esta informatización?
El proceso de privatización de los hospitales públicos
madrileños, un verdadero regalo para un pequeño pero poderoso grupo de
empresarios, ha tocado a su fin, pero no sus consecuencias. Se trata de la
derrota de un gobierno acabado cuyo presidente no sabemos si acabará la
legislatura.
¿Qué pasará con los trabajadores que firmaron contratos con
las empresas? Compañías que venían a hacer un suculento negocio con nuestra
salud, con la sanidad pública, y que ahora posee en algún caso los datos de
pacientes y trabajadores sanitarios.
No basta con haber parado el proceso privatizador. No es
suficiente con haber detenido tamaña estupidez tejida con las mentiras más
burdas y los cálculos más falsos. No basta con haber demostrado, a su vez, que
la sanidad privada es más cara que la pública.
Por eso, no basta con haber empujado a este gobierno
regional un paso más hacia la catástrofe de sí mismo. Al desastre más espantoso
que inició Aguirre y que culmina un presidente saliente, como es Ignacio
González, del que no sabemos si acabará la legislatura.
No basta porque ahora, además de tener cinco mil
trabajadores menos en nuestra sanidad pública regional, observamos con
perplejidad que estas compañías manejan los datos de nuestra enfermedad y los
motivos de la misma.
Estas compañías ahora saben qué trabajadores pertenecen a
cada uno de los hospitales, sus datos personales, sus domicilios, su
remuneración, su antigüedad. Un auténtico disparate que perpetró un gobierno
tan irresponsable como absurdo.
El gobierno regional debe dar explicaciones y exponer los
motivos por los que ahora estas empresas manejan una información que sólo
compete a los pacientes y a los profesionales. Una explicación antes de
marcharse al basurero de la historia.
@AntonioMiguelC