Gallardón se queda solo: la vicepresidenta del Gobierno ya no le apoya explícitamente en el tema del aborto

El 20 de diciembre pasado, cuando el Gobierno aprobó el anteproyecto de ley del aborto de Gallardón, la vicepresidenta era explícita en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros: aseguraba que se sentía e tan "cómoda" con la anteproyecto de Ley de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos de la embarazada como lo estaba con la ley de 1985. Esa respuesta significaba un espaldarazo rotundo al aún ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y su más que polémico anteproyecto de ley.

Pero ahora las tornas han cambiado: Gallardón es un 'apestado' incluso para el mismo Gobierno, y la vicepresidenta ha rehuido este viernes una pregunta directa sobre su opinión personal del anteproyecto de Gallardón. Ha sido esquiva Soraya Sáenz de Santamaría, pero lo ha sido después de que Mariano Rajoy el pasado miércoles, en el debate parlamentario sobre el Consejo Europeo, admitiera ya que ese proyecto de su ministro adolece de 'algunos puntos polémicos', lo que se ha interpretado que Rajoy junto a un Gallardón que ya está más que chamuscado.

Gallardón, en su posición de extrema derecha, se está quedando solo en el Consejo de Ministros. El primero en ponerse de perfil sobre este tema fue Rajoy, pero la actuación evasiva de este viernes de Sáenz de Santamaría no pinta bien para el actual inquilino del Palacio de Parcent. Santamaría se ha limitado a decir que lo de la reforma del aborto "es un tema en el que hay que ser muy consciente de la sensibilidad social, que comporta múltiples opiniones".

Ya no se siente 'cómoda' con la reforma de Gallardón, o, al menos, ya no lo dice públicamente. ´Como su jefe, la 'número dos' de Rajoy se limita a señalar que el anteproyecto se ha remitido a los organismos e instituciones pertinentes para que informen sobre el mismo y cuando se reciban los informes correspondientes se verá qué cuestiones se incorporan para conseguir 'el máximo consenso'. Estas respuestas parecen querer indicar que Gallardón está ya kaputt.