jueves 23 de enero de 2014, 09:05h
Celebramos
este 6 de diciembre el 35 aniversario de la Constitución Española de 1978 que
fue fruto del generoso acuerdo de todas las españolas y españoles, y que nos ha
proporcionado el marco más largo de convivencia estable de nuestra historia.
Este
aniversario se celebra en un momento extraordinariamente difícil para muchas
personas que se sienten azotadas por una grave crisis económica, cuya
consecuencia dramática es la perdida de cualquier expectativa vital. Esta
crisis económica ha derivado en una preocupante desafección de la ciudadanía
hacia la política y en una progresiva desconfianza hacia las instituciones.
Los
hombres y mujeres socialistas hemos escuchando, con sumo respeto y atención,
este incesante clamor ciudadano y queremos que esta celebración no sólo sirva
para hacer un homenaje retórico a la Constitución sino también para proporcionar
respuestas constructivas a los múltiples problemas que aquejan a España y a los
anhelos de su ciudadanía.
Hasta
el momento, las reformas promovidas en los dos últimos años han debilitado las
estructuras del Estado de Bienestar, recortado derechos sociales, laborales y
servicios públicos. A partir de ahora, estamos viendo la llegada de una oleada
de leyes y de políticas que pueden afectar gravemente a los derechos civiles,
políticos y a las libertades y garantías que se fundan en la Constitución que
hoy conmemoramos.
El
principal problema de nuestro país sigue siendo la crisis económica y los casi
seis millones de hombres y mujeres sin empleo. Por eso proponemos un pacto
contra la crisis, que haga del crecimiento, la creación de empleo y la mejora
de nuestra competitividad, una prioridad política. Este pacto se concretaría en
una Estrategia Global de Recuperación que siente las bases para la reactivación
económica e impulse la creación de empleo de calidad.
Nuestra
propuesta para la salida de la crisis económica defiende, además, un
planteamiento solidario, que incluya a toda la ciudadanía, preservando la
igualdad y evitando la construcción de una sociedad dual, que trata de forma
desigual a los ciudadanos y ciudadanas en función de su capacidad económica.
En
este Aniversario tenemos la obligación de defender el estado del bienestar, y
un sistema público de calidad para la sanidad y la educación que garantice la
igualdad de oportunidades y la cohesión social.
Los
hombres y mujeres socialistas sostenemos, asimismo, la necesidad de combatir
con todos los medios a nuestro alcance el rostro más perverso de la
desigualdad: la violencia de género.
Proponemos
una reforma estructural del sistema fiscal, que pasa por un conjunto articulado
de medidas: el rescate a los parados, los pensionistas y a los trabajadores y
trabajadoras con hijos a su cargo, con el objeto de que no paguen el impuesto
sobre las rentas de las personas físicas y tengan un aumento de su renta
disponible; el aumento de la presión fiscal a las grandes fortunas; el
incremento progresivo del impuesto de sociedades; y la elaboración de una Ley
Antifraude, que corrija los vacíos legales o de interpretación descubiertos por
la inspección fiscal.
Recuperar
la confianza en las instituciones requiere medidas decididas y claras. Un
combate eficaz contra la corrupción hace imprescindible la reforma de la Ley de
financiación de los partidos políticos, con filtros eficaces en la prevención y
con un endureciendo de las sanciones administrativas y penales.
Del
mismo modo, la desafección ciudadana hacia las instituciones democráticas hace
necesaria una mayor transparencia y una mejor explicación de la gestión de
todos sus representantes. La transparencia tiene que afectar a todas las
esferas políticas e institucionales, empezando por los miembros del Gobierno y
los cargos de confianza, los cargos electos, la Casa del Rey, los órganos constitucionales,
los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones empresariales, las
confesiones religiosas, las empresas concesionarias de servicios públicos, las
fundaciones públicas y todas aquellas entidades sociales e institucionales que
reciban fondos públicos.
Los
derechos y las libertades que ha consagrado nuestra Constitución han servido
para que construyamos una democracia sólida y madura, que nos permite hoy hacer
real el espíritu constitucional y propugnar la neutralidad del Estado en materia
religiosa y que prevalezca la laicidad en los espacios públicos. Al mismo
tiempo que el Estado garantiza los derechos y el ejercicio de la libertad
religiosa de toda la ciudadanía en condiciones de igualdad.
La
actual tensión territorial de nuestro país necesita la respuesta de una democracia
madura, que fortalezca y estabilice nuestro marco de convivencia y preserve la
cohesión de nuestra sociedad. Entendemos que una propuesta federalista puede
permitir solventar las actuales disfunciones y tensiones de nuestro Estado de
las Autonomías, dando una mejor cabida a las diferentes singularidades de
nuestros territorios, reforzando la necesaria cooperación entre las Comunidades
Autónomas y preservando la igualdad de todos los españoles y españolas.
Un
balance sosegado de los 35 años de democracia nos da un resultado positivo que
debemos saber transmitir a las generaciones más jóvenes. España ha conseguido las
mayores cotas de libertad e igualdad, y el periodo más largo de convivencia
pacífica de su historia. Para preservar todo lo que juntos hemos conseguido,
propugnamos en este Aniversario que juntos adaptemos la Constitución de 1978 a
la experiencia acumulada y a la realidad del siglo XXI, lo que permitirá que
las próximas generaciones reciban un marco constitucional de convivencia mejor
dotado para afrontar los retos del futuro.
[*]
"Manifiesto 35 años de democracia", elaborado por la Comisión Ejecutiva Federal
del PSOE para el 35 Aniversario de la Constitución Española (6 de diciembre de
2013)