Dice
Mariano Rajoy que él quiere ser
previsible. En sus apariciones mediáticas, tan escasas por lo demás, lo es. Lo
primero: me alegro de que
Rajoy se
preste a salir en la televisión como entrevistado por alguien que le interroga
de manera no del todo complaciente. No era una entrevista pactada la que hizo
en Antena 3, aunque tampoco se buscaba --¿para qué?-hacer sangre. No es el
presidente del Gobierno persona muy proclive a tratar con los chicos de la
prensa ni parece que tenga mucha apetencia por salir en los medios. Así que
cada vez que lo hace, sea en el formato que sea, y aunque el tal formato
resulte decepcionante, hay que tocar las campanas a rebato. Y, a continuación, pedirle,
claro está, que empiexce a gobernar de un modo más transparente y participativo.
En todo caso, temo que muchas de las reacciones
a esta entrevista también eran previsibles de antemano. Tanto por lo que se refiere
a los elogios como a las críticas. Así que todos estamos ateniéndonos a un guión
que, sospecho, y un vistazo a cómo andaban las redes sociales en la noche del lunes,
cada vez gusta menos a la ciudadanía.
Me dio la impresión de que el presidente del Gobierno se mostraba algo más
contundente que en otras ocasiones, y aplaudo el 'test' inicial que le propuso
la presentadora/interrogadora para que respondiese con un mero 'si' o 'no' a
una serie de cuestiones, juego al que se prestó bastante fielmente el señor
Rajoy, sin tratar de hundirse en generalidades. Lo que ocurre es que yo,
personalmente, no saqué mucho en limpio, porque pienso que sobre lo que hay que
preguntarle al presidente, y repreguntarle, es acerca de cuestiones de mayor
calado que las meramente coyunturales: ¿por qué no hace de una vez un acuerdo
para reformar la
Constitución?¿Y un pacto para reforzar la Corona? ¿Y un acuerdo para
profundizar la democracia, reformando la ley de partidos, la normativa
electoral? Y ¿por qué asegura que no va a llamar a
Artur Mas, esperando que sea el president de la Generalitat quien lo
haga?¿No se da cuenta de que con ello el riesgo de choque de trenes se acentúa?
En resumen, me parece que la realidad política es mas dramática de lo que se permitía
intuir a través del, por otro lado, interesante espectáculo televisivo.
Otra impresión: Rajoy sigue en su estrategia de aguardar a que las cosas se
pudran como mejor manera de solucionarlas. Le ha salido bien cuando atacaron su
liderazgo en el congreso del PP de Valencia, allá por 2008, y el año pasado, cuando
hubo riesgo de intervención europea en la economía española. No estoy tan
seguro de que, con estrategia y táctica tales, su éxito esté asegurado ante la
amenaza independentista catalana, ni, sobre todo, ante el creciente desánimo de
los españoles. ¿Cree usted, sinceramente, querido lector, que esta entrevista
ha servido para mejorar este ánimo, para restaurar la seguridad jurídica, para
prestigiar un poco a eso que se llama clase política?
Pues eso. Que uno, que sigue estas cosas en plan profesional, se aburrió un
poco. No sé si uno esperaba más, pero se nos debía haber dado más. Al fin y al
cabo, no todos los días tenemos la oportunidad, contra lo que ocurre en otras
naciones occidentales, de ver al presidente del Gobierno dejándose entrevistar
en la tele.
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El blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>