La tabla de salvación de Rajoy
martes 14 de enero de 2014, 10:21h
Tras la visita al " Santuario político" que es
la Casa Blanca para la gran mayoría de los dirigentes de todo el mundo, y
recibir del " sumo sacerdote" de Occidente - que es el papel que llevan representando los
presidentes norteamericanos desde hace cien años - la absolución para España de
todos los pecados cometidos desde que volvimos a la democracia y por cuya culpa
caímos en el purgatorio de la crisis, Mariano Rajoy debe cumplir en su regreso
a la madre patria con la penitencia que Barack Obama le ha impuesto: reducir el
paro y procurar un crecimiento más rápido de nuestra economía.
La " abadesa" del Fondo Monetario, Christine
Lagarde, ya le adelantó lo casi bien que se ve a España desde que ha
desmantelado el estado del bienestar con sus reformas de todas las leyes
sociales puestas en marcha por sus antecesores en el palacio de La Moncloa, e
incluso por el general que gobernó este país durante casi 40 años y que tuvo en
Jose Antonio Girón al primero de sus ministros " sociales" y en José
Solís al más divertido y populista de todos ellos, los dos abanderados de un
"estado social" que se vino abajo en lo político, en lo económico y
en lo financiero pero que dejó una herencia a los gobiernos democráticos y a
los sindicatos " de clase" que les obligaba a avanzar en las demandas
y en las protecciones de los trabajadores. Hasta qué llegó la crisis financiera
del capitalismo más salvaje y egoísta y toda nuestra moderna historia ( y la de
Occidente) se puso en tela de juicio.
Mariano Rajoy, su gobierno y su partido se han subido a
una única tabla de salvación política: la mejora económica que para ellos debe
llegar plenamente en 2015, y acompañándola un descenso del paro y un cambio de
escenario social que se traduzca a nivel de voto en una " recompensa"
de los ciudadanos por el esfuerzo realizado y las " indulgencias"
conseguidas tanto en Washington como en Bruselas y Berlín. Si esa tabla se
rompe, se hunde o se queda varada en el gran mar de la crisis, el desastre
electoral está asegurado. Y el único consuelo que podría tener el doble
presidente del Ejecutivo y del PP es que con el se hunda su principal
adversario, el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Su ministro de Economía, Luis de Guindos, en su
reconocido papel de " profeta" de los datos, le asegura que el paro puede
quedarse este año en el 25 por ciento, más del doble que la media europea. Y
eso le llena de orgullo. Le dice también que la economía habrá crecido en el
último trimestre un 0,3 por ciento. Y eso le llena de orgullo. El resto del
coro le canta las alabanzas con fondo de la Marcha triunfal; y los " quince magníficos" que le
han acompañado en el peregrinaje a esa " Meca laica y masónica" que
es la capital USA, para dormir y almorzar en el hotel que rinde homenaje con su
nombre a dos presidentes norteamericanos, no ceja en sus propósitos de cambiar
todo, para que nada cambie. sobre todo el poder de que gozan, que de eso se
trata.
Que en Burgos los ciudadanos de un barrio hayan roto
todas las barreras y hayan trasladado la poesía a la calle, que ya es hora de
decir y hacer algo nuevo, no significa nada. Que en Cataluña y en Euskadi se
estén dando los pasos para dentro de unos meses intentar proclamar que son
estado y pedir una nueva Constitución y un nuevo equilibrio territorial, no
significa nada. Que el proyecto de Ley del Aborto haya abierto en canal a su
propio partido, no significa nada. Y así en todos y cada uno de esos temas que
cada día asaltan los informáticos de los medios de comunicación. Creo que la
penitencia de este país nuestro no está terminando, está empezando.