Mi nombre es Pilar Fernández
Rincón. A las 3 de la madrugada del pasado 10 de diciembre nos personamos en
los Servicios de Urgencias del Hospital "Virgen de la Salud" de Toledo con mi padre
de 87 años que sufría fuertes dolores abdominales.
Tras ser asistido por los profesionales
del servicio, a las cinco de la mañana me comunican que sufre una enfermedad
grave y que debe ser hospitalizado pero, dado que no disponen de camas ni en el
hospital "Virgen de la Salud" ni en el hospital "Virgen del Valle", de momento
va a ser aparcado en los pasillos de
urgencias a la espera de posibles altas.
En cuestión de minutos me
encuentro en un pasillo repleto de una hilera de camillas en similares
condiciones que veis a mi padre y con una bolsa de basura en la mano que contenía
sus ropas, abrigos, etc. y sin saber hasta cuándo iba a durar esta situación.
Os podéis imaginar la ira e
impotencia que sentí en ese momento. Ira sobre todo hacia una persona y sus
secuaces que por incompetentes, prepotentes y otros calificativos en los que
prefiero no extenderme, nos están llevando a vivir situaciones como esta "y" sobre
todo a nuestros mayores que han sacado a este país de la miseria con grandes esfuerzos
a lo largo de su vida y que al final de ella se ven recompensados con una plaza
de aparcamiento en el pasillo de un hospital.
Y yo pregunto: Presidenta ¿te gustaría ver en esta
situación a tu padre, madre o cualquier familiar?
Consejero de Educación, Cultura y Deportes: ¿Te hubiera
gustado ver así a tu mujer?
Y la misma pregunta se la hago al resto de incompetentes
que forman este Gobierno o mejor dicho desgobierno.
Como veréis obvio el tratamiento
de Sr/a o D/Dª o Vd. porque se lo doy a personas respetables y vosotros no
merecéis mi respeto.
Por todo ello Gobierno de la
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y dada su falta de empatía con los
ciudadanos de esta Comunidad, desearía estar
en manos de un Gobierno preocupado por el bienestar del pueblo.
Por cierto, mi padre dejó el aparcamiento a las 6 de la tarde tras obtener una cama
en el Hospital Virgen del Valle.
Por último si quiero agradecer y admirar la labor que realizan
los profesionales de la sanidad en todas sus categorías gracias a ellos los
pasillos de las urgencias no se convierten en verdaderos cementerios.
***Pilar Fernández Rincón
Toledo