miércoles 25 de diciembre de 2013, 09:58h
De un tiempo a esta
parte, parece que vale todo. No se trata de exagerar en una época
donde todos tenemos que ser obligatoriamente buenos, es Navidad, y el
resto de los 360 días, más o menos, podemos ser malos, malísimos;
torpes e ineficaces; avariciosos y oportunistas. Pueden ustedes
quedarse con lo que mejor les cuadre.
Cataluña, donde el
representante del Estado, elegido por unas leyes del estado de
derecho anima a vulnerar la Constitución en nombre de un supuesto
sentimiento popular, que bien podría ser no pagar impuestos, igual
que ahora es la independencia. Pero no era eso lo que yo quería
destacar hoy, porque me he propuesto y animo a todos los españoles a
cambiar de estrategia y subrayar constantemente lo bueno que tienen
los catalanes y, sobre todo, los numerosos beneficios que les reporta
estar en España para evitar dar la sensación de agresividad o de
amenazas.
El capítulo que habría que resaltar en este momento es el
disparate eléctrico que estamos soportando los ciudadanos con
sobreactuaciones que ofrecen una imagen de insolvencia política,
rayando en la inseguridad jurídica, algo parecido a lo que se ha
legislado para las gasolineras. Hay que aportar las pruebas
imprescindibles para acusar a las empresas eléctricas de haber
manipulado la famosa subasta del precio de la luz para el próximo
mes de enero. Sin duda, las empresas miran por sus intereses y
beneficios y reclaman una solución para los casi 30.000 millones de
euros acumulados en el déficit de tarifa. La grave crisis de los
bancos ha costado, oficialmente, 41.000 millones.
O sea, que estamos
ante un gravísimo problema porque es mucho dinero y porque la
energía es algo fundamental para los ciudadanos españoles, pero
también para su economía, y yo lo elevaría a un asunto de
Seguridad Nacional, con todas las consecuencias. Los contribuyentes
somos los paganos de todo, pero en este caso con métodos políticos
de años atrás en busca de un puñado de votos sin explicar lo que
cuesta la energía, por la dependencia exterior española y porque en
el recibo sólo una parte, el 40% más o menos, es para pagar lo que
cuesta la luz, el resto son impuestos y subvenciones varias. Un
disparate.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
25643 | Teseguite - 25/12/2013 @ 12:21:54 (GMT+1)
El problema de este país es que somos una sociedad de borregos. Es triste decirlo pero es así. La educación está diseñada para generar masas de borregos y los medios de comunicación (los borregos sólo ven televisión) pastorean a la borregada de acuerdo a los deseos de cada una de las grandes ganaderías. Aunque ya venía de atrás, el periodo de suicida de Zapatero denota claramente que España es un país que se merece todo lo que le sucede ahora. Las consecuencias de Zapatero (que llegó con el 11M al poder) puede que supongan la ruina económica y la propia disgregación de la nación española. Y Rajoy es el heredero de Zapatero, en plan light sin sacarina, pero es más de lo mismo. A los borregos les gusta lo verde. Y qué importaba el coste si el dinero público no es de nadie. Feliz Navidad.
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