La responsabilidad de los políticos
domingo 15 de diciembre de 2013, 14:44h
El mundo, con minúsculas, "contra"
Cataluña. O mejor dicho, para ser precisos, contra los políticos catalanes que
han iniciado el camino de la insumisión. La mentira, la simulación, una nueva
historia reescrita a medida de los intereses de una parte contra las
necesidades de todo un pueblo. Una huida imposible hacia ninguna parte frente a
la urgente necesidad de tomar medidas para salir de la crisis. El autismo de un
Gobierno central que no ha tomado ninguna medida para explicar a los ciudadanos
españoles que viven en Cataluña que lo que les están contando es falso,
disfraza la realidad y les conduce hacia el abismo. El Gobierno anterior, con
su presidente a la cabeza, empujó a los catalanes hacia el independentismo y el
actual ha estado ausente siempre en Cataluña. Incluso cuando ha sido el banco
prestamista que ha salvado a la Generalitat de la suspensión de pagos, ha
parecido un Gobierno virtual, un tercero sin intereses.
La responsabilidad de los
políticos en estos momentos en los que Cataluña está al borde de la quiebra
económica, con unas cifras de paro escandalosas, con una ausencia de inversión
que pone en riesgo su supervivencia y con unos gobernantes sin seny alguno, es máxima. Pero parece que
unos y otros están mirando hacia otro lado. Es cierto que no se puede dialogar
sobre el derecho a decidir, pero siempre hay que tener un Plan B. El de
Esquerra Republicana es claro: o ganan la partida o ganan las próximas
elecciones autonómicas. El del Gobierno parece ser sólo "laissez faire, laissez passer". Rajoy es maestro en actitudes pasivas. El del PSOE no lo conocen
ni ellos, porque su pugna interna con el PSC dista mucho de estar realmente
resuelta. Y el del CiU está más cercano a las inmolación de un partido
histórico que de cualquier esperanza de supervivencia.
Es lamentable que desde
Barcelona y desde Madrid se haya impulsado, tolerado o favorecido este
distanciamiento profundo entre ciudadanos de un mismo país. Brecha que no
existiría si solo jugaran los ciudadanos, entren los que no ha habido, no hay,
ningún problema. Si todos tenemos alguna responsabilidad, los políticos la
tienen absoluta. La falta de ética de muchos de ellos, su absoluto desprecio de
los intereses generales, su vocación de pirómanos en una situación terrible de
crisis económica y de desempleo, debe merece un severo reproche. Y si las cosas
no se reconducen hacia el sentido común, deberíamos poder exigirles
responsabilidades políticas y, si llega el caso, penales.
La democracia, el Estado
de Derecho, la legalidad son valores básicos que debemos respetar todos. Pero
muy especialmente, sin excusa alguna, los dirigentes políticos elegidos por el
pueblo.
francisco.muro@planalfa.es