Madrid: la madre de todas las batallas
martes 10 de diciembre de 2013, 11:47h
De nuevo y como casi siempre la Comunidad de Madrid y
sobre todo el Ayuntamiento de la capital del Reino se convertirá en mayo de
2015 en el epicentro de las elecciones autonómicas y municipales. En este
territorio de apenas ocho mil kilómetros cuadrados, 179 municipios y el primero
en creación de riqueza a nivel nacional va a tener lugar la madre de todas las
batallas, con un resultado incierto cuando falta año y medio para ir a las
urnas y sin que ningún partido tenga claro con qué nombres quiere presentarse
ante los ciudadanos. Ni el Partido Popular, que gobierna, ni el PSOE, que lleva
18 años " presidiendo" la oposición, ni la Izquierda Unida que sabe
de su papel de compañera de viaje, ni la " joven" UPyD que a jugar el
mismo papel.
Si en el resto de España se van producir muchos cambios y
las guerras internas de los distintos partidos, primero; y las externas, más
tarde, van a dejar en la cuneta a muchos de los nombres que hoy se sientan en
los Parlamentos autonómicos, en los Ayuntamientos y en los gobiernos
regionales; en Madrid todo va a ser más duro, más fratricida, más exigente y
con mayor alcance que en ningún otro sitio.
Sin duda será importante lo que ocurra en Murcia tras la
marcha del actual presidente de esa Comunidad, lo mismo que será importante lo
que ocurra en Castilla y León si finalmente
Juan Vicente Herrera decide buscar un hueco en la lista del PP para
Europa. Y habrá que ver si en Euskadi el PNV se fortalece frente a Sirtu o es
la izquierda abertzale la que sigue ganando posiciones, dejando a un lado a los
dos que van a seguir perdiendo posiciones, que son los populares y los
socialistas.
Se mirarán los resultados en Cataluña dentro del debate
separatista, que seguirá vivo con o sin Artur Más al frente de la Generalitat y
de CiU. Se mirará si Pere Navarro y Alicia Sánchez Camacho con sus respectivas
formaciones de alcance nacional siguen en el hoyo en el que están metidos, y si
los " Ciudadanos" de Rivera se convierten en tercera fuerza y
comienzan a implicarás en la gobernanza de algunas ciudades y algunos
gobiernos, en dura competencia por los mismos espacios electorales con la UPyD
de Rosa Diez, ambos ya sometidos a los primeros problemas de credibilidad
democrática dentro de sus propias filas.
Tendrán impacto las batallas de Valencia y Andalucía. La
primera por ver si Alberto Fabra y Rita
Barberá encabezan las listas del PP en la Comunidad y en el Ayuntamiento
valenciano, y si ellos o sus sucesores son capaces de mantener la mayoría
absoluta de la que gozan en estos momentos. Y de sí, en caso de perderla siguen
siendo el partido más votado y tienen capacidad de pacto para mantenerse en el
poder o asistiremos a uno de esos vaivenes que pueden servir de punto de
partida para lo que vaya a ocurrir unos meses más tarde en las elecciones generales.
En cuanto a la segunda, y si la emergente Susana Díaz no adelanta los comicios
autonómicos para investirse con la autoridad de los votos por derecho propio y
no por delegación, asistiremos a la confirmación de la entente entre el PSOE e IU, a descubrir el alcance de los daños que
los escándalos de los ERE han hecho en el electorado socialista, y a comprobar
hasta qué punto han acertado en el PP con la " doble" sucesión de
Arenas y Zoido.
Trabajo, mucho e ingrato y duro trabajo van a tener en
estos larguísimos meses Maria Dolores de Cospedal y Elena Valenciano como
máximas responsables de las listas de los dos grandes partidos. Y como lo va a
tener Cayo Lara si su objetivo - que lo es - es conseguir lo que no consiguió
Julio Anguita: el famoso "sorpasso" italiano, adelantar al PSOE por
la izquierda y convertirse en la referencia nacional del progresismo, un deseo
difícil y ante el que los propios socialistas ya están poniendo los remedios
que creen necesarios. Además, dentro de la coalición habitan demasiadas "
sensibilidades" en. Usa todas ellas de conquistar el mando, desde los
llamados oficialistas al Frente Amplio o
la Izquierda Abierta.
Todas estas tensiones y escaramuzas internas de los
partidos cristalizan en Madrid de forma especialmente dura e intensa con
aspiraciones de los candidatos y sus entornos que se debaten entre el poder
central de PP, PSOE e IU y el poder autonómico y municipal de esas mismas
formaciones. En el PP, pese a la ventaja inicial con que cuentan desde la
mayoría absoluta que mantienen desde hace años, creen que con Ana Botella al
frente de la candidatura perderían esa posición y tendrían que recurrir a
pactos de gobierno con otras fuerzas, presumiblemente con UPyD, donde la última
palabra la tendría sin lugar a dudas su líder, Rosa Diez. Por eso están mirando
otras opciones, entre las que destaca como punto de encuentro entre "
duros" y " blandos", la de la actual Delegada del Gobierno,
Cristina Cifuentes, descartada por sus recientes y abundantes choques con
Mariano Rajoy y por su "abandono" de la presidencia regional,
Esperanza Aguirre.
En el PSOE, el problema está más en el enfrentamiento
entre Tomás Gómez y Alfredo Pérez Rubalcaba que en la designación del propio
candidato municipal. Jaime Lizavestky tiene el apoyo del secretario general de
los socialistas y de la dirección nacional de su partido, mientras que Gomez,
que controla el aparato del socialismo madrileño juega con la posibilidad del
televisivo Antonio Carmona, como pieza de cambio para mantenerse el mismo como
candidato a la presidencia autonómica.
En Izquierda Unida, si finalmente Angel Pérez abandona el
sillón municipal por cumplir su tiempo estatutario y aunque desee cambiarlo por
su vuelta a la Asamblea madrileña, el puesto de líder en el Ayuntamiento está
más que solicitado, sobre todo porque si las encuestas se cumplen y el PP
pierde la mayoría absoluta, las posibilidades de un gobierno de coalición entre PSOE e IU son muchas y muy
apetecibles. Aquí entraran en juego el propio Cayo Lara y el responsable regional
Eddy Sánchez, con el renovador Pablo Iglesias esperando su oportunidad para
" jubilar" a los que han estado mandando desde casi siempre. Esta
guerra interna, por ahora, se mantiene en el municipio de Rivas, el
Ayuntamiento emblemático para la coalición desde que Fausto Fernández
conquistara la alcaldía.