domingo 01 de diciembre de 2013, 16:19h
Esta semana
comenzará en Madrid el primer casting para músicos callejeros que
quieran obtener permiso para actuar en el centro de la ciudad. La
autorización tiene cosas buenas y cosas malas. Las buenas que ningún
agente de la autoridad impedirá a un buen músico que siga tocando
en la calle o en el Metro tratando de ganarse la vida o que algún
pésimo músico siga tocando en la calle a horas en las que la gente
pretende dormir. Las malas, que posiblemente los que no aprueben
podrán ser sancionados con la nueva Ley de Seguridad Ciudadana con
severas multas por el mero hecho de tratar de entretener a los demás
y ganarse la vida. Pero parece que hay más gente preocupada por
cuidar nuestros oídos que por dejar que alguien se gane la vida con
lo que sabe hacer. Hay músicos callejeros que se merecen tocar en
otros lugares a los que ahora un par de funcionarios pueden mandar a
tocar a ningún sitio.
Por esa regla de
tres debería hacerse un casting a todos los que aspiran a ser
políticos porque, sin duda, pueden ser muy positivos para todos,
pero también pueden hacer mucho más daño a los ciudadanos que un
mal músico callejero. Y, hasta ahora, no pasan por ninguna academia
ni sufren el examen de ningún tribunal. Basta con medrar desde
dentro, desde las Juventudes del partido, desde cualquier concejalía
de un pequeño municipio o, mucho mejor, desde el aparato del partido
para, sin someterse nunca a una votación, llegar a lo más alto. Hay
ejemplos recientes. Y aunque muchos valen, la mayoría sólo sabe
decir "sí, señor".
Por eso sería
bueno que pasaran un casting en el que, al menos, demostraran:
1.- Tener
estudios universitarios o una formación práctica profesional
durante al menos cinco años.
2.- Haber
trabajado por cuenta ajena al menos tres años y tener algún
conocimiento práctico de gestión de recursos humanos y materiales.
3.- Demostrar
con hechos que son capaces de vivir de su trabajo sin necesidad de
sueldos públicos en cargos nombrados a dedo, o del partido o del
sindicato.
4.- Conocer el
Código Deontológico de su partido y ser capaz de responder a un par
de preguntas sobre él. (Si el partido no tiene código deontológico,
al que hay que hacer pasar el casting es al partido).
5.- Exponer ante
el tribunal al menos dos sentencias contra políticos condenados por
corrupción y prometer que han aprendido la lección.
6.- Recitar ante
los miembros del tribunal este principio: "todos los poderes emanan
del pueblo y deben ser ejercidos en su nombre y en su beneficio y no
en el interés de mi partido".
7.- Prometer que
si es imputado en un caso de corrupción presentará inmediatamente
su renuncia a cualquier cargo para defenderse de la imputación, sin
dañar a ninguna institución.
8.- Responder
por escrito qué significa "asumir responsabilidades políticas".
9.- Mostrar su
última declaración del IRPF y poner de manifiesto su patrimonio
antes de entrar en política.
Casting para
políticos antes que casting para músicos populares. Éstos nos
entretienen y se gana honradamente la vida. Muchos políticos no
pueden decir lo mismo.