Celebramos hoy la festividad de
Santa Cecilia, patrona de músicos y poetas.
Lejos del horror del martirio al que al parecer fue sometida la Cecilia
romana, hoy es un día de celebración alegre, un día en el que los músicos, y
los amantes de la música, disfrutan de conciertos, interpretaciones y actos de
todo tipo para recordar, para recordarnos, que la música es algo imprescindible
en el desarrollo cultural de la humanidad entera.
La música es un arte, un
maravilloso arte que canaliza buena parte de la creatividad de muchas personas
y les posibilita la expresión de muchos sentimientos. La música nos conmueve,
nos emociona, nos alegra, nos pellizca el alma. La música amansa las fieras.
Celebramos hoy la festividad de
Santa Cecilia y con tal motivo quiero felicitar a todos los músicos, a los
compositores, a los intérpretes y directores de orquesta, a los arreglistas, a
los musicólogos, a los afinadores, a los cantantes, a los luthiers... Quiero
desear a todos un feliz día. Pero sobre todo quiero felicitar a los profesores
de música. Y también agradecerles su trabajo, a menudo tan poco reconocido.
Una sociedad avanzada es una
sociedad que ha asumido que la enseñanza musical es una parte esencial en los
conocimientos que deben tener los escolares para convertirse en ciudadanos
completos. La música no debe ser considerada como un complemento que adorna más
o menos la formación general recibida. La enseñanza de la música debe
considerarse como parte fundamental de la formación integral de una persona, y
ello por muchas razones de peso. Quien estudia música no solo es capaz de
interpretar una partitura con un instrumento sino que eleva su autoestima,
aumenta su responsabilidad, tiene mejor psicomotricidad, potencia el
pensamiento lógico y tiene una mayor sensibilidad artística. El estudio
musical, en definitiva, fomenta la cultura del esfuerzo, de la constancia, del
trabajo, del respeto.
Cuenca, sin lugar a dudas,
debería ser una ciudad de música. Así la percibimos. No solo por la existencia
de un festival musical tan prestigioso como nuestra Semana de Música Religiosa
o por la existencia de una orquesta como la JOC, por poner únicamente dos
ejemplos, sino por la afición musical de muchos conquenses que viven la música
de manera natural y sencilla, que la estudian en centros oficiales o en
academias, que crean agrupaciones de cámara, orquestas, bandas, coros,
escolanías, que la interpretan, que tocan rock, jazz, folk o música clásica.
Hace dos días asistí a un pequeño
concierto en la Escuela Municipal de Música con el que celebrábamos el Día
Internacional de la Infancia, sintiendo en ese momento un profundo orgullo por
esta escuela municipal que mejora día a día gracias, sobre todo, al gran
trabajo de su equipo docente, al esfuerzo diario de los alumnos y al apoyo de
sus familias, cómplices imprescindibles en la maravillosa aventura del estudio
de la música. Esta tarde asistiré en el Auditorio al clásico concierto de Santa
Cecilia que ofrecen los alumnos del Conservatorio Profesional de Música Pedro
Aranaz, y veré en los ojos de los chicos y de sus profesores el brillo de la
satisfacción por el trabajo bien hecho después de muchas horas de estudio.
Por desgracia, ya no podremos
celebrar una Santa Cecilia con Conservatorio Superior de Música en Cuenca.
María Dolores de Cospedal ha considerado que no reunimos méritos suficientes
para cumplir su promesa repetida y crear en nuestra ciudad este espacio. El
incumplimiento de las promesas de la presidenta regional, lejos de ser algo
extraño, se ha convertido en la norma. Pero no nos acostumbramos, ni nos
resignamos. Tampoco nos podrá quitar la ilusión por seguir avanzando en Cultura
a pesar de los problemas, ni el amor por la música. Seguiremos tocando,
interpretando, cantando, estudiando, oyendo música... Y mientras llegan tiempos mejores,
feliz Santa Cecilia a todos.
***Consuelo García
Concejala de Cultura
del Ayuntamiento de Cuenca