Otro secretario de Estado, el de Cooperación y para Iberoamerica,
Jesús Gracia, viajó este lunes 11 a Malabo en esa política de acercamiento a Guinea Ecuatorial para aprovechar que el apoyo francés ha desaparecido tras la persecución jurídica, por los presuntos negocios ilegales que sufre el llamado
Teodorín, el hijo del presidente
Teodoro Obiang y futuro sucesor en la dictadura. Y, claro, cinco días después, qué mejor que la visita del campeón mundial futbolero, que además no cobrará los tres millones que suele ingresar por sus amistosos.
De modo que, a pesar de las muchas protestas de varios partidos políticos y multitud de grupos de apoyo a los derechos humanos, inexistentes en Malabo, el encuentro se celebrará como estaba previsto. Es más, cuando desde la Federación de
Ángel María Villar, se iniciaron los contactos con Guinea, a través de su coordinador,
Paco Gnomo, y de su seleccionador, casualmente un amigo y paisano de Villar, que tuvo un cargo oficial en la Federación, el exfutbolista
Andoni Goikoetxea, ya se sabía el 'nihil obstat' del Gobierno del PP.
Incluso, como indica este jueves el diario El País, desde la secretaría de Estado de Deportes no se puso ninguna pega ni "hubo trabas", encantados con seguir este acercamiento por medio del deporte rey. El mismo periódico afirma que el propio secretario de Estado, también al frente del Consejo Superior de Deportes (CSD),
Miguel Cardenal, le confirmó este miércoles su aprobación.
Del Bosque tampoco pone pegasTampoco por parte del seleccionador español ha habido pegas, aun a sabiendas de que nada puede aportar este amistoso frente aun paria futbolístico de cara a la preparación del Mundial y hubiera sido mejor buscar un rival de mayor nivel. Nadie duda de que si
Vicente Del Bosque, aunque sea un 'empleado' federativo, se hubiera opuesto, el partido no se habría celebrado. Eso sí, pidió que el césped del estadio de Malabo estuviera en condiciones, de lo que se ha encargado la RFEF.
Y, al margen también de que la Federación no cobra nada -aunque no le cueste, ya que todos los gastos corren por cuenta del Gobierno- y desprecia tres millones de euros que podrían venir muy bien para el fútbol base, nada puede impedir que Teodoro Obiang presuma del logro de su régimen, encantado de que La Roja, "actual campeón del mundo, haya aceptado jugar sin ninguna compensación económica, gracias a las excelentes relaciones culturales, de amistad y cooperación que unen a España con nuestro país".
De hecho, en el acto en que este miércoles se presentó la nueva equipación, más roja, del equipo nacional,
Jorge Pérez, secretario general federarivo y mano derecha de Villar, intentó echar balones fuera sobre la polémica: "Vamos a apoyar el fútbol guineano". Pero, según publica 'El Periódico de Extremadura' un cargo de la RFEF cuyo nombre pidió mantener en secreto lo dejó claro: "Esto es cosa de los políticos. Anda que no hemos ido a sitios incluso peores que Guinea en esto de los derechos humanos. Sin ir más lejos, hace nada estuvimos en Qatar y no se dijo nada ni pasó nada".
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