miércoles 06 de noviembre de 2013, 07:57h
Durante los últimos doce meses hay ochenta mil hogares menos
en España. Las migraciones y el reagrupamiento han sido las consecuencias de
una crisis que ha recaído sobre los menos favorecidos y que el Gobierno de la
Nación es incapaz de atajar.
Al contrario, la disminución en el número de activos ha dado
lugar a una virtual relajación en las cifras del desempleo durante el verano.
El Consejo de Ministros lo achaca a su pericia cuando, en realidad, se debió a
la temporalidad y... a la huida.
Según el Instituto Nacional de Estadística hay 17,4 millones
de hogares en España. Y a la baja. En descenso porque, en primer lugar, los
ciudadanos se agrupan en aquellos hogares que tienen renta, como los de los
padres ya jubilados que soportan una carga familiar y donde la reforma de
pensiones será toda una losa por parte de un gobierno incompetente.
Hay 3,1 millones de hogares en los que la renta principal es
proporcionada por una persona jubilada. Y en aumento. Porque cada vez hay más
pensionistas y porque estos son el refugio de muchos matrimonios especialmente
con hijos.
En segundo lugar, para muchos jóvenes la emancipación se ha
transformado en un acto tan heroico como encontrar trabajo. Imposible irse de
la casa de sus padres, alquileres inaccesibles, rentas inexistentes, empleo sin
futuro.
En tercer lugar, los inmigrantes, quienes proporcionaron más
de un tercio de nuestro crecimiento en el período 2000-2006, vuelven a casa.
Disminuye el número de estos en un 2,3% hasta situarse en 5,1 millones de
ciudadanos.
Al contrario, en cuarto lugar, nuestros jóvenes huyen al
extranjero en busca de sociedades más fértiles. El número de españoles en el
extranjero ha aumentado un 6% el último año. Ver para creer.
Y, sobre esto, apenas nadie habla. Lo peor de todo es que no
existe Gobierno de la Nación que se ocupe de tantas familias abandonadas en un
mar de pobreza, desempleo y, sobre todo, desesperanza.
@AntonioMiguelC