Hay conferencias que las carga el diablo
lunes 04 de noviembre de 2013, 12:19h
Lo
bueno de las reuniones, conferencias, juntas etc. es que se sabe cómo
empiezan pero casi nunca es fácil asegurar cómo terminan. Por eso
la próxima conferencia del PSOE, a celebrar en unos días, tiene un
morbo especial más para los periodistas, creo yo, que para el pueblo
llano, todos nosotros que no vamos a asistir con acreditación y por
tanto nos vamos a perder -aunque siempre habrá alguien que nos lo
cuente- lo que se pueda cocer en los pasillos porque todo parece
indicar que la anunciada conferencia política va a ser mas de
trastienda que de escenario, aunque, como he dicho, estas cosas las
carga el diablo y lo mismo salta la sorpresa.
A
favor de que la cosa se anime tenemos ya bastantes ingredientes
tales como la vuelta del dorado exilio de Chacón y la re-vuelta
desde sus asesorías varias de Garzón y una docena más que se
ofrecen al PSOE con el noble fin de derrotar a la derecha, como si la
derecha necesitara ayudas en su empecinamiento por derrotarse a sí
misma. Pero esa es otra historia. En contra de que la conferencia se
divierta están sus organizadores, empeñados en repetir una y otra
vez que no toca ni hablar de primarias, ni del tema territorial. O
sea, que las dos principales fuentes del conflicto interno socialista
no van a estar oficialmente en el orden día.
Y
no es fácil entender desde fuera esa manía de negarse la realidad.
El PSOE por su propio bien y por el bien de todos, tendría que
afrontar de una vez para siempre su relación con el PSC y decir si
se sigue o no se sigue y, en todo caso, quién las marca blanca de
quién en Cataluña. Al margen del error, tremendo error, del
tripartito, al margen del error, tremendo error de ZP prometiendo
respetar la ilegalidad, resulta que la caída en picado del PSC en
Cataluña solo es comparable a la de CIU y parece claro que esto
puede ser un grave problema para el futuro si no se empiezan a
definir posturas. Rubalcaba está haciendo lo mismo en su partido que
Rajoy en el Gobierno: esperar; esperar a que escampe, esperar a que
el tiempo vaya diluyendo los problemas cuando la realidad es que se
pronostican cada vez más borrascas y el tiempo, lo que suele hacer,
es terminar infectando una herida no curada a tiempo. Ellos sabrán
si esta es la mejor política.
Y
nos queda la re-vuelta de Garzón y los suyos que no se sabe muy bien
dónde ubicarles. Ellos se ofrecen desinteresadamente a una
izquierda abierta para derrotar a la derecha, pero ya parece que IU
quiere poner distancia y aclaran en cuanto pueden que esa historia
les es ajena. ¿Debemos suponer que se pretende que el PSOE se escore
más a la izquierda? Nunca le ha ido bien porque para eso ya esta IU.
El problema que tienen ahora para lo contrario -el mismo problema
que el PP- es que voces nuevas que emergen cada vez con más fuerza
están ocupando un espacio que antes se lo repartían entre los dos
grandes partidos. UPyD y Ciudadanos suben y suben cogidos de la mano
aunque no quieran ni mirarse de reojo.
Habrá
que esperar a que empiece como está prevista la conferencia del
PSOE para saber si termina aclarando posturas o dejando otra vez para
mañana lo que podría y debería solucionarse hoy.