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Imagen de Santa Águeda para ilustrar la opinión de Águeda del Pozo |
El varapalo de Estrasburgo
lunes 21 de octubre de 2013, 12:44h
Sin duda a todos se nos pone los pelos de punta al pensar
que una de las etarras más sanguinarias de la banda terrorista, que Inés del
Río, va a salir a la calle. Y si eso lo siento yo, no puedo ni imaginar el
dolor de las familias destrozadas por la mano de la tal Del Río y de otros
muchos terroristas que seguirán el mismo camino.
Pero la ley es la ley. Lo que nos diferencia de los
delincuentes, de los terroristas, es que la democracia aplica el Estado de
Derecho, que no lo ajusta al interés político o mediático. Y me temo que eso es
lo que ha pasado con la llamada doctrina Parot.
Es lógico, hasta cierto punto, que cuando la banda
terrorista ponía un día sí y otro también un muerto sobre la mesa, toda la
sociedad, incluidos los jueces, intentaran ser lo más duros posible con quienes
tanto dolor nos han causado. Lo más duro sí pero la doctrina Parot retuerce la
ley al aplicarla. Todos sabíamos, aunque mirásemos hacia otro lado, que
no estaba bien, o al menos que era muy dudoso.
Es más, puede que en su momento fuéramos demasiado
tolerantes con esa doctrina, que la criticáramos poco, nadie, o casi nadie, se
atrevía a decir lo contrario ya que eso se interpretaba como una defensa de los
terroristas. Ninguno queremos ser o parecer defensores de tan sanguinarios
delincuentes.
Pero el caso es que hoy, Estrasburgo nos da un varapalo que
tal vez pudimos evitar si no hubiésemos retorcido la ley. Lo que es peor, hoy
la victoria es de la terrorista y de todos, muchos, los que le van a seguir. Si
no se nos hubiese ido la mano, nos habríamos evitado este mal trago.
Ya sé que no es políticamente correcto, pero la ley es la
ley y hay que hacerla cumplir a los terroristas, por supuesto, y al Estado,
desde luego.
Dando un paso más, atrevido e impopular, lo sé, creo que hay
que instar al Gobierno a reflexionar sobre qué hacer con los terroristas que
quedan en la cárcel después de 2 años sin atentados. No es fácil, por supuesto,
no hay que poner los en la calle, no, no digo eso. Pero dejar pasar el tiempo
no es la solución. Como tampoco lo ha sido la doctrina Parot. El tiempo no todo
lo cura ni lo resuelve.