El pésimo sistema electoral español
lunes 21 de octubre de 2013, 12:10h
Todo el mundo sabe en España, lo mal que
funciona el sistema electoral creado por Adolfo Suárez en 1978, con la
colaboración de Juan Linz y el Sr De
Hont, a quien nadie conocía y que ha consagrado un bipartidismo imperfecto a
la vez que ha favorecido las opciones regionalistas de CYU Y del PNV, en perjuicio
de opciones nacionales de centro o de izquierda, todo se ha complicado mucho
más desde que se exige para presentarse un
cierto número de avales según La Ley Orgánica 2/2011, de 28 de enero,
que modificó el artículo 169.3 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del
Régimen Electoral General (LOREG), al imponer que los partidos, federaciones o
coaliciones que no hubieran obtenido representación en ninguna de las Cámaras
en la anterior convocatoria de elecciones, para poder presentar una candidatura
a las elecciones al Congreso de los Diputados y al Senado, necesitan la firma,
al menos, del 0,1 por ciento de los electores inscritos en el censo electoral
de la circunscripción por la que pretendan su elección, lo que en las grandes
capitales hace casi im posible presentar candidaturas de nuevos partidos. Pero
en fin parece que se va a acabar con el bipartidismo, según los últimos sondeos del Economist, el País,
etc, ante el hartazgo de los ciudadanos con "la Casta". Efectivamente tanto
UPyD como IU como Movimiento Ciudadano promocionado por Albert Rivera y
Ciutadans, van a conseguir en futuras elecciones romper el monopolio, hasta hoy
existente.
La próximas
elecciones, son la europeas y las
municipales en algunos sitios de España antes de las Generales de 2016, ya que los
Gobiernos de la Unión Europea, han decidido que las próximas elecciones al
Parlamento Europeo tendrán lugar entre el jueves 22 y el domingo 25 de mayo de
2014, los comicios se celebrarán el día 25 de mayo de 2014 en España. Según el
Tratado de Lisboa, el presidente del Ejecutivo comunitario debe ser elegido por
los líderes europeos, que se reúnen normalmente a mediados de junio, por
mayoría cualificada atendiendo a los resultados de los comicios a la
Eurocámara. El candidato propuesto por el Consejo Europeo tiene que ser
ratificado por el Parlamento, que ha ganado con ello protagonismo.
Para hacer previsiones, aunque resulta
difícil, en el diario digital Huffington Post de la Unión Europea la encuesta
si bien no muy significativa, a la pregunta ¿A quién votarás en las próximas
elecciones europeas, PP. 3,68%, PSOE. 16,75%, IU. 35,95%, UPyD. 24,59%,
Partidos nacionalistas. 8,33%¿Votar? Yo me abstengo. 10,7%. Esta resulta poco
fiable, pero en Junio de 2013,
según el País si las elecciones hubiesen
tenido lugar, con una participación
estimada entre el 50 y el 52% el PP obtendría 17 escaños -7, el PSOE 16
-7, IU etc 9 + 7, UPYD 6 +5,CEU 3, EdP-V
3+2, lo que es mas cercano a lo previsto . En las Municipales según La Vanguardia
en Barcelona en un sondeo publicado ayer, como ejemplo, el voto se
fragmentaria, CiU ganaría las municipales y casi duplicaría al segundo grupo,
pero perdería tres de sus 14 concejales y se marca un empate entre PP, ERC, ICV y PSC con la
irrupción de C's y la CUP, el PP restaría tres a sus nueve concejales actuales,
pero aun así disputaría a ERC la condición de segunda fuerza. Mucho peor parado,
de este terremoto electoral saldría el PSC, incapaz una vez más de frenar la
sangría de votos, que viene padeciendo desde hace años. La representación
socialista en el Ayuntamiento podría quedar reducida casi a la mitad al perder
cinco de sus 11 asientos en el salón de la Reina Regente.
En un análisis certero sobre el sistema
electoral en general en España, Antonio-Carlos Pereira Menaut de laUniversidad
de Santiago de Compostela, nos ilustra diciendo: "Partamos, ante todo, de un
punto claro, y que no es -lo siento- la proporcionalidad, ni menos aun la
gobernabilidad, sino la centralidad del votante. La primera función del sistema
electoral es representar a las personas -sin abstracción alguna: a las personas
reales, a "nosotros, el pueblo", a mí-; ese norte se alcanzará o no, pero
siempre será nuestro norte. En 1977, nuestros Padres Constituyentes, aunque sin
razón, temían recaer en el multipartidismo y la inestabilidad de los 1930s;
recelaban de la soberanía popular y de la participación popular no mediada por
los partidos, así que eligieron el sistema electoral que tenemos. Según una
investigación del año 2000, de diez países -entre ellos Ucrania y Rumania-,
España era donde menos personas conocían el nombre de al menos un candidato.
Lógicamente, los mejores resultados se daban con escrutinio mayoritario y
distrito pequeño (Gran Bretaña, 60.5 %) y los peores, con representación
proporcional, lista bloqueada y distrito grande (Rumania, 29.5 %, España, 26.4
%). Aun más, aunque ello hiciera peligrar el "modus vivendi" de los políticos,
el sistema electoral debe ser materia de ensayo y error. Ninguno es perfecto;
no tiene sentido que para modificarlo haya que reformar la Constitución. Con
que la Constitución ordene "un hombre, un voto" y prohíba el mandato imperativo
de los partidos, es suficiente; para el resto, desde la desigualdad entre
circunscripciones, hasta las oligarquías intrapartidarias, basta con los
artículos 14 y 23 de la Constitución.
Así, podemos enunciar unos mínimos. Primero,
que todos los ciudadanos podamos concurrir libremente a las elecciones. El
artículo 44.1 de la LOREG, que niega el derecho personal a presentarnos (sólo
pueden presentar listas los partidos o agrupaciones), es anticonstitucional
(cfr. art. 23) e inadmisible en una democracia. Segundo, que nadie ocupe un
escaño sin haber sido elegido directamente y "nominatim" por los electores.
Esto se opondría a las listas bloqueadas y a llenar, con lo que el votante no
tiene idea exacta de quienes van a ser los diputados, excepto los
candidatos-locomotora de cada lista.. Tercero, que todo diputado represente
algún grupo social o territorio concreto, y no demasiado grande, pues ya decía
Aristóteles que la "polis" debe ser pequeña. Cuarto, que los diputados sean
identificables y accesibles por la gente. El Congreso español no nos puede
decir "find your MP" como en el Parlamento británico.
Los diputados son del partido y por
provincia completa. Quinto, que el valor de los votos sea semejante en todo el
país: no tiene sentido proclamar "un hombre, un voto", mientras haya
desigualdad entre el valor del voto de un soriano y el de un madrileño. Así, un
sistema abiertamente mayoritario resulta más proporcional (en ese sentido) que
otro oficialmente proporcional. Sexto, que la decisión sobre el sistema
electoral sea dejada al pueblo. Como en materia electoral nunca está dicha la
última palabra, por no haber sistema universal y perfecto, blindar uno sólo es
bueno para la clase politica. Japón substituyó en 1994 el sistema proporcional
por el voto combinado, simultáneamente mayoritario y proporcional, semejante al
MMP alemán ("Mixed Member Proportional", que ofrece al elector un voto a una
persona y otro a un partido), también adoptado por Escocia en 1998. Nueva
Zelanda, en 1992, abandonó en referéndum el FPP ("First Past the Post") inglés
para pasar al MMP. En 2011, en otro referendum, se preguntaba si Nueva Zelanda
debe mantener el MMP, y la respuesta fue que sí (57.7 %), y cuál preferiría en
caso de cambiar, resultando preferido con mucha diferencia el inglés.
Innecesario decir que los sistemas combinados tienen problemas, como la diferencia
entre diputados personales y diputados de lista, por lo que no serían sino un
second best o third best. Como norte, los electores deberíamos retener todo el
poder posible, que siempre será poco; sin excluir mecanismos, como la norteamericana
revocación del escaño, -El IMPEACHMENT-, tan anhelado en España con Zapatero.
BERNARDO RABASSA
ASENJO
PRESIDENTE DE CLUBS Y FUNDACIONES LIBERALES. COMMODORE OF IBERIA OF IYFR. MIEMBRO
ASOCIADO DE ALIANZA LIBERAL EUROPEA (ALDE), PREMIO 1812
Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.
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