Reparto
de 'medallas de feria' en el Día de la Policía
Los 'policías despreciados' de Fernández Díaz: ni reconocimientos ni medallas
miércoles 02 de octubre de 2013, 11:11h
El
policía nacional J. A. B. M. se jugó la vida en un incendio. Con absoluto
desprecio hacia su propia seguridad, entró en una casa en llamas y salvó a su
propietario, un anciano. El policía tuvo que ser asistido por quemaduras de
diversa consideración y por inhalación de humo. Pero J. A. no merece ni una
Cruz Blanca, una medalla policial que ni siquiera está pensionada. Para este
agente, como para otros cientos más con casos similares, el Día de los Ángeles
Custodios, o Día de la Policía, no es más que la festividad de la 'tomadura de
pelo medallil'.
S.
P., otro policía cuya foto adjuntamos, estando fuera de servicio intentó
reducir a un individuo armado con un objeto cortante. El policía resultó herido
en el cuello como muestra la fotografía con la que ilustramos la noticia, según
consta en el correspondiente atestado de la Guardia Civil. Pero este policía,
como J. A. B. M., también forma parte de los 'despreciados' del ministro del
Interior: su acción tampoco ha sido recompensada.
Cecilia
es la madre de un bebé de Benidorm que dos policías nacionales salvaron de un
ahogamiento este verano. Pero Cecilia sufrió "una gran decepción" al enterarse
que el Ministerio del Interior no les ha condecorado con la medalla al Mérito
Policial, aunque fuera una Cruz Blanca sin pensión: "Mi niño, que tenía 17
días, no podía respirar porque se estaba ahogando. Si no llega a ser por los
dos policías mi hijo muere asfixiado. Ellos son los que resucitaron a mí bebé. Para
mí son dos ángeles de la guarda". Como 'ángeles', quizá San Pedro les dé las
alas, pero Jorge Fernández Díaz no les ha dado ninguna medalla.
Son
cientos de casos similares -algunos, como hemos visto, con gravísimo riesgo
para su propia vida-; cientos de policías que se sienten 'despreciados' en este
juego medallil que secularmente -no importa el color del Gobierno- se trae
entre manos el Ministerio del Interior.
Aunque,
en honor a la verdad, algún otro policía de la escala básica ha tenido, sin
embargo, más suerte en esta ruleta graciosa de concesión de medallas. Es el
caso de J. M. P. S., herido de extrema gravedad en acto de servicio en octubre
de 2012 en Lugo, a consecuencia de la agresión sufrida por un detenido durante
su traslado a dependencias policiales. En este caso, afortunadamente, Interior
ha sentido como de "estricta justicia reconocer y recompensar tan abnegada
conducta", y le ha concedido la Medalla de Plata al Mérito Policial, que
conlleva pensión.
El
'Día de los Ángeles Custodios'
Este
martes se han entregado en un acto en Alcalá de Henares presidido por los
príncipes cientos de medallas policiales: de plata, rojas y blancas, y este
año, como en los anteriores, el principal sindicato policial, el SUP, no ha
asistido al acto en protesta por los criterios seguidos en la concesión de los
galardones.
Las
condecoraciones policiales se encuentran reguladas en la Ley 5/1964, de 29 de
abril, sobre condecoraciones policiales (BOE nº 107 de 4 de mayo), desarrollado
por Resolución de 11 de mayo de 2012, de la Dirección General de la Policía,
por la que se implementan los criterios y el procedimiento a seguir para las
propuestas de ingreso en la Orden al Mérito Policial.
Pero
la concesión es arbitraria y el SUP ha realizado un exhaustivo informe al
respecto que resulta demoledor: se conceden el mismo número de medallas (27) a
la Escala Superior (comisarios) que a la Escala Básica (policías), sólo que la
primera sólo tiene 474 componentes y la segunda 57.378.
Otro
dato significativo del informe es que el 9% del colectivo policial, formado por
las escalas superior y ejecutiva, acaparan el 72% de las cruces pensionadas,
mientras que el 90% del colectivo policial, apenas obtienen el 27%. Y hay que tener
en cuenta que cada una de estas medallas pnesionadas supone, con carácter vitalicio,
una compensación mensual de unos 150 euros.
Pero
lo más grave es que los policías que trabajan en la calle (la mayoría de
condecorados lo hacen desde los despachos y por lo tanto difícilmente pueden
cumplir los requisitos, es más, no los cumplen) han visto cómo sus actuaciones,
que sí cumplen los requisitos legales, no se veían recompensadas, según una
muestra de los casos que hemos relatado en el inicio de esta información.
Por
estos motivos, el SUP va a denuncia al Ministerio del Interior por la presunta
comisión de un delito de prevaricación (dictar resolución injusta en acto
administrativo a sabiendas de que lo es) y malversación de caudales públicos.
Se basan en esta relación de medallas rojas (pensionadas): entregadas este
miércoles en Alcalá de Henares: Escala Superior (comisarios): 27; Escala
Ejecutiva (inspectores): 73; Escala de Subinspección (subinspectores): 11, y Escala
Básica (policías de a pie): 27.
Quién
se merece una medalla roja con pensión
Remitiéndonos
a la Ley, respecto de las condecoraciones con distintivo rojo dice:
"Artículo
6º.- Para la concesión de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, será
necesario que concurra en los interesados cualquiera de las condiciones
siguientes:
a)
Resultar herido en acto de servicio o con ocasión de él, sin menoscabo del
honor, ni por imprudencia, impericia o accidente.
b)
Participar en tres o más servicios, en los que, mediando agresión de armas,
concurran las circunstancias del apartado anterior, aunque no resultara herido
el funcionario.
c)
Realizar, en circunstancias de peligro para su persona, un hecho abnegado o que
ponga de manifiesto un alto valor en el funcionario, con prestigio para la
Corporación o utilidad para el servicio.
d)
Observar una conducta que, sin llenar plenamente las condiciones exigidas para
la concesión de la Medalla al Mérito Policial, merezca especial recompensa, en
consideración a hechos distinguidos y extraordinarios en los que haya quedado
patente un riesgo o peligro personal".
Pues
bien, parece ser que en algunos casos -o en muchos, según el SUP- no se cumplen
estos criterios. Hay comisarios principales que tienen ya cuatro medallas rojas
pensionadas, y nadie sabe por qué, o cuatro jefes superiores con medalla, sin
que se conozcan sus graves heridas, o similares...