martes 24 de septiembre de 2013, 16:25h
Felipe González lo ha dicho alto y claro: la
independencia de Cataluña no es posible. Y la verdad es que en momentos
como este se echa en falta un liderazgo fuerte y contundente en el PSOE.
Sí, Alfredo Pérez Rubalcaba hace lo que puede, pero como he escrito en
otras ocasiones a su liderazgo le falta "autoritas" y eso es algo que se
tiene o no se tiene.
Sin duda Rubalcaba es un político inteligente, con mano izquierda,
que se conoce hasta el último recoveco del Estado. Además le ha tocado
dirigir el PSOE en el peor momento, porque la verdad es que Rodríguez
Zapatero dejó su partido y el país para el arrastre. De manera que
Rubalcaba viene haciendo lo que puede, pero ya digo que su voz no suena
con la rotundidad que debería en la cuestión catalana, temeroso
seguramente, de que el PSC termine dando un portazo.
Sin duda Pérez Rubalcaba intenta templar gaitas con sus compañeros de
Cataluña y no poner en más dificultades, que bastante tiene, a
su compañero Pere Navarro, pero a fuerza de templar gaitas aparece
desdibujado.
Por eso las palabras de González, rotundas y contundentes provocan
cierta añoranza en muchos de los ciudadanos que han votado al PSOE a lo
largo de los últimos años. El ex presidente le ha dicho a sus
compañeros catalanes que defender el derecho a decidir no se sabe qué lo
único que va a provocar es frustración y va a contribuir a la fractura
de la sociedad catalana. Tiene razón, otra cosa es que Pere Navarro
recoja el guante que le ha lanzado Felipe González.
La verdad es que en estos tiempos en que las medias palabras y el
temor a no provocar reaccionas airadas en filas nacionalistas, hace que
los principales dirigentes, lease Rajoy y Rubalcaba pequen de prudentes,
es un alivio escuchar a Felipe González.
Con dos palabras González ha puesto las cosas en su sitio, sin
aspavientos, sin molestar a nadie, diciendo alto claro lo que puede ser y
lo que no puede ser para que nadie se lleve a engaños.
González aún conserva esa "autoritas" que hace que la gente tenga
claro que con él uno sabe a que atenerse. Lo cierto es que se echa de
menos un PSOE que diga las cosas claras, con contundencia, un PSOE que
todos los ciudadanos sepamos donde está realmente, un PSOE que con
determinados asuntos no caben ambigüedades.
González ha hablado y es inevitable no lamentar que sus
argumentos, su firmeza y su contundencia no sean los de los dirigentes
del PSOE actuales. No se trata de establecer comparaciones, cada cual es
cada cual y cada uno tiene sus valores, pero en éstos asuntos, insisto,
se echa de menos una voz como la de González.