El último avance en tecnología lo representa la radiofrecuencia
facial que ha desarrollado diferentes técnicas, la última, la usada por la NASA
basada en una máscara de luz LED para combatir la flacidez y atenuar las
manchas, mejorando el tono para no eliminar todos los excesos del verano.
Después de los excesos veraniegos y tras volver a nuestra rutina diaria nos
queda afrontar los estragos que esos excesos nos produjeron en la piel y el cabello,
las partes que reflejan más intensamente el resultado de la exposición al sol,
las altas temperaturas, el cloro de las piscinas o el agua del mar. Afortunadamente,
acuden en nuestra defensa las clínicas de belleza que renuevan los tratamientos
con tecnologías punta para paliar la situación.
En esta técnica de radiofrecuencia
facial se utiliza luz verde que equilibra la pigmentación, reduce las
arrugas finas, restaura los nutrientes de la piel perdidos por causa del
envejecimiento, acelera la cicatrización de las heridas y alivia la tensión.
Posee además, una acción muy hidratante y revitalizante porque estimular la
formación de colágeno.
La tecnología de la radiofrecuencia
facial ha
experimentado un progreso imparable durante los últimos años, como
ejemplo, existe la tecnología de
la radiofrecuencia facial
de una potencia de 1 MHz con
cabezales unipolar y bipolar. Que tiene unas características específicas con
importantes consecuencias estéticas en la piel.
Otra tecnología que se está
utilizando para la radiofrecuencia facial son los sistemas de HPC que aumenta
de forma transitoria la permeabilidad de la membrana celular, consiguiendo
llegar a capas más profundas, eliminando celulitis.
Por último, es interesante conocer esta
tecnología para saber que podrá producir unos resultados más ajustados y unos
efectos cada vez más positivos en la piel. Uno de los principales de la radiofrecuencia facial es el
drenaje linfático para eliminar líquidos y toxinas, para aumentar la
circulación de la zona, mejorar el metabolismo y la formación de nuevo
colágeno. Tras su aplicación se consigue que la tensión de la piel y el tejido
renovado sean una consecuencia natural y duradera del tratamiento, que junto
tratamientos como la
presoterapia,
están tomando mucha relevancia para el cuidado de la mujer.
Autora: Lorena Sotomayor